Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta
Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.
Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.
viernes, 13 de abril de 2018
Elocuente en su oratoria.
Elocuente en su oratoria
discurría con esmero por los suburbios de París. Era inmigrante.
Marroquí.
Se llamaba Fatima y quería ser abogada.
La mejor abogada de Francia.
Aprendió a no emplear nunca los insultos ni las descalificaciones como argumento.
Regla de la oratoria número 36.
Cuando ya fallan todas las anteriores.
Munir no deseaba verse envuelto en ambiciones y perder su fragancia primigenia.
Munir era el novio de Fatima.
Reparaba motores; nada serio.
Sin toga ni uniforme. O sí, un mono.
Para no manchar de grasa los tejanos.
Fatima relucía como los brillantes.
Bella y joven se lanzó al abismo.
De los muertos vivientes vacíos de contenido.
Y perdió sus raíces de extranjera.
Pero su inteligencia era tan grande.
Que ocultó el dinero en su bolsillo.
Y el corazón repleto de testigos.
Que nunca quedarán en el olvido.
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