Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta




Soy Licenciada en Ciencias de la Información. Me gusta la poesía y la narrativa poética. He publicado artículos en revistas y periódicos desde 1989, he escrito 4 novelas, algún que otro cuento, ensayos y relatos cortos. Actualmente estoy trabajando sobre mi 5ª novela. Asimismo colaboro con Radio AFAEMO, en Madrid y con Emisoras ASEMFA en Andalucía. Publico también artículos para la Revista mensual Espacio Humano.

Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.

Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.

martes, 26 de agosto de 2014

Se rompió el cielo.

Se rompió el cielo. Llovía.
Era sólo una tempestad contada en minutos.
Tormenta de verano que invita al recogimiento.
¡Cuánto anhelaba ponerme esa chaquetita de croché que me tejió mi madre el invierno pasado!

Y el gramófono reproduce la misma canción una y otra vez.
La capa azul del cielo se puebla de nubarrones.
Melancólica canción que habla de la lluvia tras los cristales.
Y así; más tarde con un te verde en la mano y mucha,
mucha hierbabuena, recorremos a sorbitos los rincones de nuestra alma.

Destilan los campos gotas de rocío.
La mañana es fresquita, ya pasó la tormenta.
Amanece un sol orondo y anaranjado.
Por detrás de las peñas y de los pinos piñoneros.

Canta el verde caos de los lamentos en flor.
Ruinas legendarias pueblan nuestra mente.
Quiero verte.
Quiero escuchar tu subyugante risa cantarina.

Pero te has ido con la tormenta.
Montaste en el arca de Noé y me dejaste en tierra.
¡Cómo no extrañarte!
Se rompió el cielo. Llovía.
Era una tempestad contada en siglos.



martes, 19 de agosto de 2014

lunes, 18 de agosto de 2014

Un día de playa.

Bailábamos en silencio un vals.
Reíamos en silencio un chascarrillo.
Coreábamos en silencio una canción.
Corríamos alborozados sobre las olas del mar.

Salpicaban nuestros pies gotas transparentes y salinas.
La playa, a medio camino, nos empujaba en silencio.
Y en silencio nuestros cuerpos se hundían sobre la arena.
Rubia, transparente y fina cual las cuentas de un reloj.

Paseábamos nuestras mentes entre riscos plateados.
De una luna emergente que entre ensueños ha llegado.
Al acecho de cabriolas y de desnudos deseos.
Donde el cuerpo es el preámbulo de lo que está por llegar.

Mar abierto, espuma y olas configuraban la página.
De este libreto inconcluso que nunca se editará.
Ondas que el viento traía, a ritmo de bandoleo.
Los pescadores en marcha desde aquesta madrugá.

Barcas repletas de anzuelos, de sedales y de cubos.
Aperos para la pesca del boquerón del Rincón.
Del Rincón de la Victoria, el más famoso de España.
Y el capitán, en su nave, pone rumbo a alta mar.

La mañana está preciosa. La gaviota vuela ya.
Otras muchas, en la orilla, esperan el pleamar.
Paínos, corbetas, alondras, todas esperan pescar.
El vapor de la ensenada, al otro lado del mar.

En la orilla, los dos niños buscan conchas sin cesar.
Buscan piedras de colores. Dibujos de eternidad.
Caracolas y guijarros que guardarán al llegar
a su casita, en la caja de los tesoros sin par.

Con rastrillos, cubos, palas, agua y arena levantan
el más bonito castillo que se haya visto en la playa.
Una ola ruge y amaga con destruir la construcción
de alacenas y de puentes levadizos. ¡Pero! ¡Oh no!

...Va pasando la mañana. La tarde llama a la puerta.
Luces distintas y bellas salpican en la alborada.
Y la tarde, enardecida, se adueña de sol y sombras.
Barcos de vela recortan su blancura sobre el agua.

Y el sol tiembla a lo lejos. Se tumba en el horizonte.
Dorados y ocres colores rielan en el lienzo azul.
Anochece. Cae la tarde y la noche se aposenta.
El pueblo enciende las luces, tímidamente, al albur.

El paseo se completa con familiares viandantes.
Helados de chocolate, carritos y paseantes.
Una chaquetita al vuelo por si refresca, mi amor.
Que aquí en la costa la noche nos trae algo de frescor.

Y en la casa, una muchacha peina su rubia melena
Mirándose en el espejo, con el ventanal abierto.
Lleva puesto el camisón blanco con nido de abeja.
Al contraluz, esta noche, se dibuja su silueta.





viernes, 15 de agosto de 2014

Madrecita inocente.

Dos luceritos lucían en la alborada.
Dos perlas blancas contaban cuentos de hadas.
Dos muñequitas jugaban esa mañana.
Dos pajaritos teñían de azul el alba.

Y se marcharon.

Rodando por pendientes y por abismos.
Ya nunca volverían a ser los mismos.
Mis dos tesoros.
Que desaparecieron entre los lodos.

Y no volvieron.

La luna llena crece, pálido el velo.
El lobo está al acecho de lo más bello.
Canta la rana.
Y yo me desespero junto a la almohada.

Y se fugaron.

Tres corazones rotos tan sin sentido.
No alcanzo a comprender nunca el motivo.
Sufro en silencio.
La llamada no llega y yo me obceco.

Y se marcharon...
Y no volvieron...
Y se fugaron...
Por angostos caminos... ¿dónde llegaron?

Madrecita inocente, ¿y ésto hasta cuándo?
¿Qué castigo mereces? ¿Por qué este tango?
Hay amores que matan con mil puñales.
La noche se hace larga y el tiempo pasa.

Pasa deprisa.
Mañana será tarde para reencuentros.
Tal vez sería mejor tomarlo a risa.
Porque la vida es breve; esto no es cuento.

Se han olvidado.

De lo que hice por ellas allá en el Sur.
Del trabajo y desvelos; mi Santa Cruz.
Desprestigio maléfico que voy a recordar...
A través de canciones donde tú no estás.

Madrecita inocente, ¿y ésto hasta cuándo?
¿Qué castigo mereces? ¿Por qué este tango?
Llora mi alma.
Diluvia en un rincón sobre la almohada.


jueves, 14 de agosto de 2014

Oda a Pablo Nevado.

Un muchacho temblaba
tras la capota.
El toro, embravecido,
va haciendo ondas.

La muleta en la mano,
en la otra el trapo,
verónicas al viento
vaivén innato.

Ver tu sonrisa...

Quisiera estar ahora
junto a la plaza.
Para ver torear
al rey de España.

Y mañana si quieres
nos marcharemos
a beber de la fuente
de los pontejos.

Resina, escarcha y nieve.

Pléyades recostadas,
llorando el cielo.
Fina lluvia de astros,
anocheciendo.
Árboles bailarines,
tupido copo.
Arroyos cantarines,
agua en el chopo.

Resina, escarcha y nieve,
en la montaña.
Dime niña si vuelves
esta mañana.
Esta mañana vengo,
para adorarte.
Despertaré a las olas
y a los zagales.

Tengo cinco sentidos,
cual cinco dedos.
El corazón susurra
muerde el lucero.
Lucerito que envuelves,
entre organdí
la claridad que enciende
dile que sí.

Que sí le espero,
preparando la cena
entre pucheros.

domingo, 10 de agosto de 2014

Vente corriendo al ágape.

Hoy día de San Lorenzo
el sol relumbra como un dios menor.
Trae la claridad a esta nuestra tierra
y devuelve los rayos en derredor.

A tí entregamos todo nuestro apoyo,
nuestras frecuencias, también nuestro amor.
Por tí desenvainamos las espadas,
que servirán de templo al paso de tu loor.

Vente corriendo al ágape, vente corriendo!
Porque habrá cochinillo y cordero.

Nunca se cansa de ayudar en casa.
Ese padre que nos ha visto nacer.
Nos vio crecer también, enhorabuena,
y nos está viendo envejecer.

Cálida luz de una mañana de verano,
no puede pedirse más.
Solamente D. Lorenzo es el amo.
De todo nuestro afán.

Espadas al viento,
relumbran los mares,
 los niños caminan,
entre pedregales.

Y un hálito insomne
pregunta por tí.
¿Seguro me quieres?
Te he dicho que sí.

Vente corriendo al ágape, vente corriendo!
porque habrá cochinillo y cordero.

martes, 5 de agosto de 2014

Arroyo claro.

Arroyo claro
fuente serena
quién te lavó el pañuelo.
Saber quisiera...

Saber quisiera.
Esta mañana.
Pues hay quienes acechan.
En la maraña.


Pues me equivoco.

Pues me equivoco...
la mañana la paso
de interrogatorio.

A la tarde ha venido con paso presto.
Algo no le ha gustado y lo ha pospuesto.
Ha pospuesto la cita para otro día.
O al menos éso creo!! Ave María!!!

Vino con su pareja.
Yo tenía a la mía oído presto...
Por si hace falta testificar.Porque nunca se sabe
lo que pueda pasar.

lunes, 4 de agosto de 2014

Prende claveles.

La hora exacta.
Marchaba por el camino
a la hora exacta.
A encontrarme con mi niño...
a la hora exacta.

Prende claveles.
los llevo a rebujitos por los manteles.
¡Siéntate niña!
Llegas embarazada
y muy cansada...

Lucen faroles
pasé el día con mi hija
y ya es de noche.