Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta




Soy Licenciada en Ciencias de la Información. Me gusta la poesía y la narrativa poética. He publicado artículos en revistas y periódicos desde 1989, he escrito 4 novelas, algún que otro cuento, ensayos y relatos cortos. Actualmente estoy trabajando sobre mi 5ª novela. Asimismo colaboro con Radio AFAEMO, en Madrid y con Emisoras ASEMFA en Andalucía. Publico también artículos para la Revista mensual Espacio Humano.

Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.

Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.

jueves, 17 de febrero de 2011

JUEVES.- Carmen Urbieta.

Hoy es ya jueves. Mitad de semana. "Estar en medio como el jueves". Y así me siento yo, un poco en medio; un mucho como el jueves. Algunos no han querido venir a conocer la casa de Iván y Ana. No se lo reprocho, pero me duele. Y ahí está precisamente el fallo: teniendo en cuenta que tengo un trastorno afectivo bipolar, debería inhibirme de las actuaciones de los demás y seguir con mi vida como si tal cosa. Pero resulta que no es así. Debido al trastorno afectivo todas las cosas y los acontecimientos me afectan demasiado, -valga la redundancia-, hasta hacer que me encuentre en un país de nadie, (mío no, por lo menos), y en medio como el jueves de reproches cruzados.

Y por si fuera poco debido a la ansiedad fumaba demasiado y me he provocado un EPOC grave, que tiene componentes del enfisema y de la bronquitis crónica. Es muy grae, por tanto, y estoy intentando buscarle remedio acudiendo a clases de yoga para la respiración; a una Unidad de Tabaquismo, para la deshabituación... recibiendo la oxigenoterapia 18 horas diarias... Tanto es así que ya cada vez me importa menos lo que he escrito en el párrafo anterior; aunque me importe, porque si no, no lo hubiera expresado.

Vamos a tener un poco de paciencia y dejar que se calmen las aguas por ambos lados. El físico y el mental, que buena falta me hacen las dos cosas.

miércoles, 16 de febrero de 2011

LA VIDA DESPUÉS.- Carmen Urbieta.

Pasan las horas. Soledad. Sonido de la máquina de oxigenoterapia. Soledad. Cae la tarde. Ya son las nueve menos cuarto. Estupor. Es tarde, pero pronto. Tarde para ir a ninguna parte y pronto para acostarse. Sobre todo si lo voy a hacer sola en una cama de 1,05 cms. Sobre todo si no encuentro a quién llamar para evitar este sentimiento: soledad.

Es inútil. Aunque quisiera no podría ir a ninguna parte. Tengo puestas las gafas de oxígeno desde las siete. Deberé estar así, -si no me las quito-, hasta mañana a las 13 h. Justo el tiempo para ir a dar un buen paseo a Piper y salir pitando a casa de mi madre que me invita a comer porque ha llegado mi prima Adita y además tengo médico a las 16,15 h. Luego me gustaría ir de rebajas a ver si encuentro algo mono de fondo de armario y vuelta a casa antes de las 20 h. para volver a engancharme hasta el mediodía del día siguiente.

Ya he hablado con Paloma. Para decirle que no iba a continuar terapia con ella. No por nada: Paloma me parece una magnífica profesional a parte de una gran amiga. Pero la cuestión es que me he hecho de una Sociedad Privada en la que entra el tratamiento psicológico y, sinceramente, tengo que buscarme las vueltas para ahorrar algo porque estoy más seca que la ley antialcohol.

No sé cómo se lo habrá tomado. Yo le he sido totalmente sincera. En serio que no es nada personal; son las circunstancias las que mandan. Ahora voy a tener que hacer un desembolso de dinero y no sé si tengo íntegramente lo que voy a necesitar. En fin. Asertividad. Sí es sí y no es no, y aunque lo siento mucho tengo mis razones.

Por lo demás, sigo enamorada de la vida. La única pega es que yo no vivo.

viernes, 11 de febrero de 2011

SALUD.- Carmen Urbieta.

Marisa me ha llamado. No la esperaba.
Siempre me deslumbra con sus sentencias positivas... hay cosas peores, dice.
Sí. Hay cosas peores. Sólo tengo que tomarme un respiro e intentar no somatizarlo todo.
A todos nos sobran los problemas. Es una cuestión meramente emocional, (que es mi punto débil). Y de aprendizaje. Aprender a respirar siendo asertivo y descargándote de las situaciones que sabes que te hacen daño. Por si acaso me he apuntado a yoga. Y también a un grupo de tabaquismo para ver si soy capaz de dejar de dar fugaces caladas a una colilla que guardo en el bolsillo del abrigo.

Tengo que dejarlo y apostar por una vida sana. No quiero ser una enferma. Hoy es el día de los enfermos en general; la Virgen de Lourdes. Yo quiero estar sana y no tener que depender de una máquina que me proporcione oxígeno, ni tampoco de tantos medicamentos para calmar mis miedos, angustias y ansiedades.

Quiero ser fuerte y disfrutar de mi familia y amigos. Quiero ser valiente y atreverme con lo que halla de llegar, bueno y malo. Y regular.

El problema es que hago un mundo de todo. Me lo apropio. No distingo lo que es meramente mío de lo que me es ajeno, aunque se trate de alguien muy cercano.

No soy yo la redentora; no debo sufrir... pero, ¿cómo no hacerlo?; ¿cómo no sentirlo?; ¿cómo no apropiarme de la vicisitud?... Y el cuerpo pasa factura porque cuerpo y alma no están tan alejados. Todo es cuestión de buscar el equilibrio. Y la calma y el sosiego. Y es que el sentimiento se me dispara. Se lo tengo que contar a la psicóloga para ver si me puede dar un enfoque certero y realista a estas cosas que me pasan. Y tratar de poner en práctica algunos ejercicios que conduzcan a una sensibilidad menos patológica. Equilibrio. Acción. Asertividad. Fuerza. Energía. Calidad respiratoria. Salud.

jueves, 10 de febrero de 2011

ORACIÓN.- Carmen Urbieta

Sigue cayendo la noche,
aunque ya se vislumbra un pequeño clarear de la mañana.
O al menos éso es lo que quiero creer.

Mañana tengo una cita importantísima con el Neumólogo.
A ver si consigo que me rebaje parte de la exposición al oxígeno,
que me tiene muy sujeta...
Sería ideal dejarlo para consumirlo sólo durante las horas de sueño.
Y poder afrontar el día con un poquito más de calidad. Sin tener que estar conectada a ningún aparato.
En cualquier caso la última palabra no la tengo yo, sino el médico especialista.

Pero todo hay que decirlo. Estoy yendo a Yoga a aprender a respirar.
Puede que todo esto tenga un componente psicosomático que explicaría que hay algo en mi vida que me resulta muy difícil de aceptar, y éso me impide llevar una respiración "normal".

Puede que sí. Mucha gente me ha dicho que me vendría bien. Yo lo voy a intentar. Por mí que ni quede.

Luego está esa ansiedad causada por el hecho de no poder fumar. El día 15 empiezo un grupo en una Unidad de Tabaquismo de la Comunidad de Madrid, que cuenta con asesores y con psicólogos. ¿Qué mas puedo hacer?.

No quiero verme de por vida entre cables y aparatos y pendiente de las horas en las que debo recibir respiración asistidad.

Quiero hacer senderismo; ir a la playa; salir a comprar con sólo un carrito... ¡Tantos proyectos!. En resumen, quiero respirar por mí misma. Daría cualquier cosa por volverlo a hacer.
Nada especial. Lo que cualquier persona normal... Ójala sea así y el neumólogo mañana me dé una alegría. Dios lo quiera. Amén.

Hablando de psicólogos. Tengo que llamar a Paloma.

miércoles, 2 de febrero de 2011

NEGRO.- Carmen Urbieta

Caía la noche.
Ella se acercaba a la ventana de su habitación; descorría las cortinas y miraba los árboles entre las sombras.
Estaba oscuro. No eran mas de las diez y media de un mes de enero.

Estaba sola.
Ya lo tengo todo hecho por hoy, se confesaba a sí misma.
Quizá podría leer un poco o ver alguna película de la tele, pero no me apetece.

No quisiera caer en una depresión.

Estoy intentando imprimirle cierto ritmo a mi vida.
Pero reconozco que es muy difícil.

¿Quién se atreve con un castigo semejante?.
Sólo me queda la esperanza de que me rebajen el tiempo,
y poder tener más autonomía.
Dieciocho horas es una barbaridad.

Y por éso lo veo todo negro,
aunque sean las cinco y media de la tarde.