Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta




Soy Licenciada en Ciencias de la Información. Me gusta la poesía y la narrativa poética. He publicado artículos en revistas y periódicos desde 1989, he escrito 4 novelas, algún que otro cuento, ensayos y relatos cortos. Actualmente estoy trabajando sobre mi 5ª novela. Asimismo colaboro con Radio AFAEMO, en Madrid y con Emisoras ASEMFA en Andalucía. Publico también artículos para la Revista mensual Espacio Humano.

Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.

Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.

viernes, 11 de febrero de 2011

SALUD.- Carmen Urbieta.

Marisa me ha llamado. No la esperaba.
Siempre me deslumbra con sus sentencias positivas... hay cosas peores, dice.
Sí. Hay cosas peores. Sólo tengo que tomarme un respiro e intentar no somatizarlo todo.
A todos nos sobran los problemas. Es una cuestión meramente emocional, (que es mi punto débil). Y de aprendizaje. Aprender a respirar siendo asertivo y descargándote de las situaciones que sabes que te hacen daño. Por si acaso me he apuntado a yoga. Y también a un grupo de tabaquismo para ver si soy capaz de dejar de dar fugaces caladas a una colilla que guardo en el bolsillo del abrigo.

Tengo que dejarlo y apostar por una vida sana. No quiero ser una enferma. Hoy es el día de los enfermos en general; la Virgen de Lourdes. Yo quiero estar sana y no tener que depender de una máquina que me proporcione oxígeno, ni tampoco de tantos medicamentos para calmar mis miedos, angustias y ansiedades.

Quiero ser fuerte y disfrutar de mi familia y amigos. Quiero ser valiente y atreverme con lo que halla de llegar, bueno y malo. Y regular.

El problema es que hago un mundo de todo. Me lo apropio. No distingo lo que es meramente mío de lo que me es ajeno, aunque se trate de alguien muy cercano.

No soy yo la redentora; no debo sufrir... pero, ¿cómo no hacerlo?; ¿cómo no sentirlo?; ¿cómo no apropiarme de la vicisitud?... Y el cuerpo pasa factura porque cuerpo y alma no están tan alejados. Todo es cuestión de buscar el equilibrio. Y la calma y el sosiego. Y es que el sentimiento se me dispara. Se lo tengo que contar a la psicóloga para ver si me puede dar un enfoque certero y realista a estas cosas que me pasan. Y tratar de poner en práctica algunos ejercicios que conduzcan a una sensibilidad menos patológica. Equilibrio. Acción. Asertividad. Fuerza. Energía. Calidad respiratoria. Salud.

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