Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta




Soy Licenciada en Ciencias de la Información. Me gusta la poesía y la narrativa poética. He publicado artículos en revistas y periódicos desde 1989, he escrito 4 novelas, algún que otro cuento, ensayos y relatos cortos. Actualmente estoy trabajando sobre mi 5ª novela. Asimismo colaboro con Radio AFAEMO, en Madrid y con Emisoras ASEMFA en Andalucía. Publico también artículos para la Revista mensual Espacio Humano.

Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.

Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.

jueves, 27 de octubre de 2011

ODA A LA POESÍA.- Carmen Urbieta.

(Del trabajo en equipo del Taller de Poesía).




Los pensamientos son como hojas caducas.
Invoquemos a las musas esquivas.
Que hoy recojamos ramos de inspiración y dicha.

Quema el invierno de papel en el fuego de la tinta...

Afrodita, firme sobre el filo de la espada.
Seguramente no podría ir a otro lugar.
Alcanzamos lo más bello en lo más alto.

Mientras, mañana seguiré siendo poeta.

TRISTEZA, ALEGRÍA.- Carmen Urbieta.

Tristeza, tu inmensa soledad me destruye.
Riza los recobecos de mi alma.
Me inquieta con el tic-tac de las horas impasibles...
Dentro, llueve en mi almohada.

Alegría, ¡cuánta euforia guarda tu grandeza!
Los árboles, las plantas, la mar, se contonean.
Los jilgueros, los mirlos, los gorriones,
trinan bajo la luz del sol que nos embarga.

Tristeza y alegría; universo bipolar.
Dale la vuelta a la rueca que me voy a cantar.
Sobre campos de trigo. ¡Tristeza nunca más!
Pues mi corazón dice que te voy a olvidar.

MIEDO.- Carmen Urbieta.

Buscaba la palabra precisa
cuando me descubrí por delante de mi sombra.
Mi aspecto me agradaba en general,
pero tenía miedo a estropearlo.

Buscaba la sonrisa perfecta
y las fotografías desvelaban mis arrugas;
arrugas en la cara, de mujer madura...
y sentí ansiedad por arreglarlas.

Compré cremas y ungüentos,
decidí acicalarme,
ya nunca más dejarme a mi libre albedrío;
espantar de mi rostro esa imagen de olvido...
tan siniestro...

Entonces, una de mis voces susurró:
"nadie es perfecto".
No; nadie es perfecto pero quiero ser
esa madre que a sus hijas regocija
con su savoir-faire.

lunes, 24 de octubre de 2011

OBLIGACIÓN Y COMPROMISO.-Carmen Urbieta.



¿Cuál es la diferencia entre la obligación y el compromiso?


La obligación se refiere a un deber que debe cumplirse o bien a algo que debe dejar de hacerse necesariamente.


El compromiso, en cambio, es algo que adoptamos voluntariamente y que puede catalogarse en compromiso de índole personal, -noviazgo, matrimonio-, o de índole social y/o político.


Pero en muchas ocasiones tendemos a transformar nuestros compromisos en obligaciones o deberes, lo que supone que generemos cuadros de ansiedad innecesarios.


Porque un compromiso es algo que hemos elegido voluntariamente y que implica una aceptación personal por llevar a cabo aquéllo que nos interesa.


Una obligación o deber, siempre nos viene impuesta desde fuera.


Las personas que adolecen de depresiones más o menos severas deberían tener en cuenta esta temática. De igual manera, el resto de los pacientes que por unas razones o por otras, han dejado su puesto de trabajo a través de la incapacidad, (palabraa que me parece horrible).


Cuando nos decimos con nuestros "tengo que", estamos abriendo la espuerta a la ansiedad y a la depresión. La expresión "tengo que" debería borrarse de nuestro vocabulario para sustituirla por otras más acertadas como "estoy preparado para"; "en este momento podría dedicarme a"...


Se trata de una cuestión lingüística, pero es que es muy importante el de qué manera nos decimos las cosas. "Tengo que" y "debería" implican obligatoriedad y no compromiso.


Sin embargo "estoy preparado para" implica compromiso exento del sentido del deber, puesto que, repito,, es una elección personal que nos beneficia.


En ningún momento me estoy refiriendo al hecho de que tenemos patente de corso y que nos dejemos guiar por la inercia de no hacer absolutamente nada. Al contrario; yo abogo por que nos ajustemos fielmente a una extructura de vida que exige un grado importante de compromiso que resuelva el tedio de la inactividad. No tener obligaciones no significa que no podamos actuar en infinidad de ámbitos; más si cabe que las personas que "tienen que" cumplir con un horario en su jornada diaria de trabajo.



domingo, 23 de octubre de 2011

RECORRIDO ROMÁNTICO.- Carmen Urbieta.

Serena y confiada pasaba la mañana
en la ciudad literaria de Cervantes.
Recorría callejas, iglesias, soportales...
en un día diáfano de finales de octubre.

Visité la antigua Universidad; la del Cardenal Cisneros.
La auténtica Complutense, que significa terreno rico y fértil.
Regado por la cuenca del Henares, donde acamparon los visigodos,
aunque no fueron ellos los pimeros visitantes.

Al'qal'a significa ciudad con castillo amurallado.
En época de los árabes recibía ese nombre
para terminar por convertirse en Alcalá de Henares,
referencia obligada a su río caudoloso y a su exquisita vega.

Visité también el antiguo Hospital de Santa María la Rica,
que me recibió con una exposición de fotografía preciosa.
Colección de Cristina García Rodero,
que perfila como nadie el mundo rural y sus entresijos.

Me puse en marcha hacia la Catedral Magistral.
Una de las pocas que hay en España.
Erigida en honor de los Santos Niños Justo y Pastor,
y bellísima en todo su ornamento.

Crucé la calle Mayor con sus interminables soportales;
los más largos de la península Ibérica,
y desemboqué en la casa natal de Cervantes,
donde con sumo agrado visité sus estancias.

Hollé el hospital de Atazanas:
su patio castellano y sus balcones.
Recorrí a pie la plaza de Cervantes
con su preciosa Torre de Santa María
y su magnífica florida engalanada.

Después, acuciada por el hambre y el cansancio,
me senté en una mesa al aire libre,
donde dí buena cuenta de una sopa castellana
y de un churrasco exquisito con patatas.

Ví cantar a los tunos, embriagados
por las dulces muchachas casaderas
y luego de comer me dí otra vuelta
por toda la ciudad...

Eran las cinco cuando cogí el tren,
que me llevaba de regreso a casa.
Un día perfecto, tengo que decir,
aunque ni mucho menos es el fin.

Como era pronto, me apeé en Atocha
a ver la pintura de Delacroix.
La exposición reúne más de cien obras de su autor,
una de las figuras más destacadas del romanticismo.

Luego pasé a la sala de Teotihuacan, ciudad de los dioses,
presenta 400 obras seleccionadas de los museos mexicanos.
Teotihuacan significa "el lugar de los dioses o el lugar donde se hacen dioses"
Y sus esculturas, cerámicas, máscaras, vasijas y urnas funerarias,
son de una belleza indescriptible.

sábado, 22 de octubre de 2011

AUSENCIA.- Carmen Urbieta.

Si la entropía es el cero absoluto, aplicado en la termociencia, mi singladura por el mes de octubre ha sido entrópica... hasta ahora.

Tiene una explicación: he pasado un mes en Granada, desde la boda de mi hija Ana, con su marido, Iván.

Todo salió maravillosamente. Estoy contenta con todos y por todo; guardo en mis archivos infinidad de fotos de ese día tan especial...

Más tarde mi hermana y mi prima, -las Aditas, como yo las llamo-, se quedaron conmigo una quincena, en la que fuimos todas juntas a la playa.

Atrajimos a partes desiguales el bronce, pero pudimos descansar cansándonos, que era nuestro objetivo. Por las noches un tapeo por las calles granaínas; la Alcaicería, el Albayzín, Puerta Elvira, Bibarrambla y el Mirador de San Nicolás. Y luego a casa, a sosegarnos un poco y retomar fuerzas para el dia siguiente.

CREPÚSCULO 1.- Carmen Urbieta.

Vuelvo al lugar donde mis ojos vieron;
Al instante en que mis oídos escucharon;
Al breve lapso de una puerta abierta.
Y al resplandor templado de mi ocaso.

Dulce muchacha de los ojos verdes...
¿cuántas veces presentiste la mañana?
Dulce también la tarde en su cadencia,
al amor del rescoldo iluminado...

Con la tibia luz que entra por la ventana.
O con la oscuridad de la sala.

CREPÚSCULO.- Carmen Urbieta.

Vaga la mente, lenta...
Los días se amontonan como hojas caidas.
Las horas pasan raudas sobre nuestras manillas.
Reloj transparente de tiempo inmemorial.

Vaga la mente, lenta...
Y la vida sigue empeñada en vengarse,
de los sueños que tuvimos esta misma noche,
con igual profusión que si fueran sinceros.

Con la misma alegría de saber que aún vivimos...
O con la oscuridad de la sala.