Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta




Soy Licenciada en Ciencias de la Información. Me gusta la poesía y la narrativa poética. He publicado artículos en revistas y periódicos desde 1989, he escrito 4 novelas, algún que otro cuento, ensayos y relatos cortos. Actualmente estoy trabajando sobre mi 5ª novela. Asimismo colaboro con Radio AFAEMO, en Madrid y con Emisoras ASEMFA en Andalucía. Publico también artículos para la Revista mensual Espacio Humano.

Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.

Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.

domingo, 23 de octubre de 2011

RECORRIDO ROMÁNTICO.- Carmen Urbieta.

Serena y confiada pasaba la mañana
en la ciudad literaria de Cervantes.
Recorría callejas, iglesias, soportales...
en un día diáfano de finales de octubre.

Visité la antigua Universidad; la del Cardenal Cisneros.
La auténtica Complutense, que significa terreno rico y fértil.
Regado por la cuenca del Henares, donde acamparon los visigodos,
aunque no fueron ellos los pimeros visitantes.

Al'qal'a significa ciudad con castillo amurallado.
En época de los árabes recibía ese nombre
para terminar por convertirse en Alcalá de Henares,
referencia obligada a su río caudoloso y a su exquisita vega.

Visité también el antiguo Hospital de Santa María la Rica,
que me recibió con una exposición de fotografía preciosa.
Colección de Cristina García Rodero,
que perfila como nadie el mundo rural y sus entresijos.

Me puse en marcha hacia la Catedral Magistral.
Una de las pocas que hay en España.
Erigida en honor de los Santos Niños Justo y Pastor,
y bellísima en todo su ornamento.

Crucé la calle Mayor con sus interminables soportales;
los más largos de la península Ibérica,
y desemboqué en la casa natal de Cervantes,
donde con sumo agrado visité sus estancias.

Hollé el hospital de Atazanas:
su patio castellano y sus balcones.
Recorrí a pie la plaza de Cervantes
con su preciosa Torre de Santa María
y su magnífica florida engalanada.

Después, acuciada por el hambre y el cansancio,
me senté en una mesa al aire libre,
donde dí buena cuenta de una sopa castellana
y de un churrasco exquisito con patatas.

Ví cantar a los tunos, embriagados
por las dulces muchachas casaderas
y luego de comer me dí otra vuelta
por toda la ciudad...

Eran las cinco cuando cogí el tren,
que me llevaba de regreso a casa.
Un día perfecto, tengo que decir,
aunque ni mucho menos es el fin.

Como era pronto, me apeé en Atocha
a ver la pintura de Delacroix.
La exposición reúne más de cien obras de su autor,
una de las figuras más destacadas del romanticismo.

Luego pasé a la sala de Teotihuacan, ciudad de los dioses,
presenta 400 obras seleccionadas de los museos mexicanos.
Teotihuacan significa "el lugar de los dioses o el lugar donde se hacen dioses"
Y sus esculturas, cerámicas, máscaras, vasijas y urnas funerarias,
son de una belleza indescriptible.

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