Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta




Soy Licenciada en Ciencias de la Información. Me gusta la poesía y la narrativa poética. He publicado artículos en revistas y periódicos desde 1989, he escrito 4 novelas, algún que otro cuento, ensayos y relatos cortos. Actualmente estoy trabajando sobre mi 5ª novela. Asimismo colaboro con Radio AFAEMO, en Madrid y con Emisoras ASEMFA en Andalucía. Publico también artículos para la Revista mensual Espacio Humano.

Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.

Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.

miércoles, 21 de octubre de 2020

EN AMAGO DOLIENTE UNA DERROTA

 Odres de finos vinos, afrutados.

Jazmines olorosos, perfumados.

Nanas de amor, ardiente, inmaculado.

Y un corazón marchito al otro lado.

Otoño llega ardiente, esperanzado.

Ávido de locuras; mitigado.

Corazón que en su caja, consternado.

Revienta la razón, inusitado.

Resuena el llanto amable, postergado.

Doliente y soñador, embadurnado.

De algas y líquenes que en su perfil ha hondado.

Trémulo de quereres y olvidado.


Vuelvo al perfil de tu mirada ignota.

Serpenteando por valles y montañas.

La frente henchida; la morada rota.

Y en amago doliente una derrota.

Vuelvo a tu crin, pegaso alado mío.

Envuelvo mi tristeza entre tus trenzas.

Que nadie diga que no he corrido al río.

A enjuagar mis poemas.

Noches de luz añil, aletargada.

Días de luz difusa, sosegada.

Estaciones de orín y madrugadas.

Repletas de salitre, consternadas.

Voy de puntillas lanzando mi poema.

Que con pasión cerca de ti he bordado.

Alguien dirá que mereció la pena.

Desangrarse de amor el ermitaño.

Cuando en silencio leas estas letras.

Recordarás mi hazaña y sus verdades.

Olvidarás mi angustia. Y a raudales.

Soñarás que te quise en otras tierras.



MELANCOLÍA

Arrogantes perfiles encorvados.
Soledades del tiempo y el espacio.
Muchedumbres de paja; al viento alados.
Trémulos de rencores. Id despacio.
Id despacio a traerme la mañana.
En que la noche cierne sus entrañas.
Cavidades de cráneos y marañas.
Recordaréis el eco de las voces.
Prestadas al confín de escapularios.
El envés de tu aliento te hace extraña.
Un corazón ardiente y un sudario.
Frente a ti cantaré mis cantares.
Efervescentes roces de poesía.
Luchas de sol y sombra, entre pilares.
Quieta melancolía.
Susurraremos verso alejandrino.
Y rimas asonantes.
Todo da igual. Solamente el destino.
Igual ahora que antes.
Pero mañana el sol brillará festivo.
Antes de que le cantes.
La lluvia tornará verdes las hojas.
De mi magnolio blanco.
Y mi canto de amor destilará las notas.
De mi sentir gallardo.
Octubre acaba. Noviembre apresurado.
Viene empujando.
La saeta y el sable mesurado.
Más allá de la hoguera, transmutando.
Y una sombra fugaz. Y una mañana oscura.
Rebosan de inquietud mi amargura. 

DESANGRANDO TU HERIDA

 Rindiendo sables a tenor del viento.

Compartiendo romances y legajos.

Perdemos la batalla entre sombrajos.

Suponiendo un dolor que ya no siento.

Mañana en la batalla, capitana.

Desangrando tu herida más profusa.

Los muertos me visitan, casquivana.

Respondiendo al dolor, vida confusa.

Manchando de oro y mies mi madrugada.

Deshojando la enorme margarita.

Desoyendo las voces; algaradas.

Repleta de ecos. De árboles henchida.

Corro a tu encuentro, mujer enamorada.

Visión de mar y cieno son tus ojos.

Hacia el jazmín perfumado, evaporada.

Constelación repleta de rastrojos.

Confusión de algodones, desvaríos.

Canción ardiente donde tu alma fluye.

Al ancho mar van  a parar los ríos.

Todo es cadencia, que mi sombra obstruye.

Y el capitán avanza una misiva.

Contramaestres bordarán tus sábanas.

El cañón y la piedra, permisiva.

Mediums ignotos vaciarán sus cábalas.

Canta gorrión, al sol de la mañana.

Canta ligero y solitario.

No tengas miedo; ocultaré el sudario.

Que tu trino de amor despliega al alba.

Y cantarán al viento de levante.

De norte a sur, sus garras afilando.

Y un corazón como único estandarte.

De trasnochadas vides succionando.

Néctar de reyes. Caballero errante.

Que en la lucha profusa, batallando.

Prestas tu luz al sol. Vuelo rasante.

De versos y de rimas restañando.








martes, 20 de octubre de 2020

ENTRE LOS ENTRESIJOS DE TU PIEL

 Entre los entresijos de tu piel voy cabalgando.

Gitana presta a cantarte bulerías.

Noche infinita en que el amor llega asomando.

Fiestas y letanías.

Entre los entresijos de tu piel voy dibujando.

Amores, llantos y fruslerías.

Tiernos acordes de fuentes rebasando.

Cantares, voces y melodías.

Entre los entresijos de tu piel me voy fugando.

De viejas frases, caricias... no podías.

No podías hurgar en mi maleta.

La dejé al cabo donde suponías.

Entre los entresijos de tu piel voy vaciando.

Ropas antiguas; llantos y alegrías.


AL ACECHO

 Al acecho prestaba segundos al viento.

Serenamente ágil.

Al acecho curvábamos la senda del aire.

Las ruinas contenidas de un solo hemisferio.

Que se desintegra persiguiendo iconos.

Que no ceden a tus pliegues.

Naciste doncella gallarda y risueña.

Tu brisa me espanta.

Regresé al camino donde mis ancestros.

Esperan el alba.

Comuniqué apenas ese beso arrebatado.

Creí darle caza.

Sortee caminos lejanos e inhóspitos.

Nada nos alcanza.

Susurré al oído de mi alma ingeniera.

Secretos de dama.

Cabalgué senderos; voz de arrabaleros.

Cerca de mi almohada.

Tenía un tesoro albergado en mi alma.

Pobre. Pobre alma.

Tenía un tesoro albergado y no puedo.

No puedo callarla.

Vaciaré de estrofas las rimas y versos.

De mi alma sola.

Alma que pretende un hueco en el cielo.

Dime que estoy loca.

Dime que todavía me queda tiempo.

Para abrir la boca.

Y decirte lo mucho que te quiero.

Que parezca poca.

La huella que dejaste, caminante.

Junto a tu roca.