Soledades del tiempo y el espacio.
Muchedumbres de paja; al viento alados.
Trémulos de rencores. Id despacio.
Id despacio a traerme la mañana.
En que la noche cierne sus entrañas.
Cavidades de cráneos y marañas.
Recordaréis el eco de las voces.
Prestadas al confín de escapularios.
El envés de tu aliento te hace extraña.
Un corazón ardiente y un sudario.
Frente a ti cantaré mis cantares.
Efervescentes roces de poesía.
Luchas de sol y sombra, entre pilares.
Quieta melancolía.
Susurraremos verso alejandrino.
Y rimas asonantes.
Todo da igual. Solamente el destino.
Igual ahora que antes.
Pero mañana el sol brillará festivo.
Antes de que le cantes.
La lluvia tornará verdes las hojas.
De mi magnolio blanco.
Y mi canto de amor destilará las notas.
De mi sentir gallardo.
Octubre acaba. Noviembre apresurado.
Viene empujando.
La saeta y el sable mesurado.
Más allá de la hoguera, transmutando.
Y una sombra fugaz. Y una mañana oscura.
Rebosan de inquietud mi amargura.
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