Te admiro, pero no te entiendo.
O te entiendo demasiado bien.
Sólo tienes a solicitar el divorcio.
Y seguir siendo quién.
Ella no quiere más que tu dinero.
Como el perro del hortelano.
Lanza sus gritos necios y certeros.
Hacia ese ser humano.
Pero no puedes permitir que te hunda.
Debes de reaccionar.
Sofá lleno de orines, y una funda.
Presta para lavar.
Eso no es vida, Ricardo, necesitas solazarte.
En todos los aspectos.
Si yo pudiera, quisiera ayudarte.
Déjame luego.
Que te presto mi piso p'a que vayas.
Otra noche a soñar.
Y busques un trabajo donde puedas.
Los lustros cotizar.
Y una noche serena, y un cigarro.
Al caer el sol.
Y una fiesta también, que cual guijarro.
Tiembla canción.
Y una canción romántica de Rosarillo.
O de Joaquín Sabina.
De Serrat, Pasión Vega o el chiquillo.
Va p'a la encina.
Que te voy a cantar mi repertorio.
Que creo que te gusta.
Si no es así, saber es perentorio.
No me asusta.
Que te voy a cantar mi repertorio.
Una noche de abril.
Que te voy a comprar en el locutorio.
Un altavoz febril.
Para que escuches presto mis canciones.
En pleno mes de julio.
Que te voy a llenar de inmensas ilusiones.
Desde éste mi estudio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario