Reconozco humildemente que me he equivocado.
Yo creía en el diálogo, y en el intento por arreglar las cosas.
Pero no. No es así. Aquí y ahora.
Prevalecen el orgullo y la soberbia.
Reconozco humildemente que me he equivocado.
Por callarme tantas cosas que no he dicho.
Pero no. No es así. Peco lo mismo.
Si digo o si amordazo mi destino.
Reconozco humildemente que me he equivocado.
Yo creía en la justicia y en la paz.
Pero no. No es así. Porque cuando hablo.
Más me valdría ponerme un antifaz.
Reconozco humildemente que me siento cansada.
Cansada y aturdida como una perdiz.
Porque cuando a la noche salen las alimañas.
Necesito volar a defender mi lid.
Reconozco que no soy de acero sueco.
Llevo una pesada carga a mis espaldas.
Y estoy a punto de tirar la toalla.
Y hacer mi vida al margen; con dos huevos.
Tendréis que perdonarme si me pongo soez.
Pero la tesitura me tiene encadenada.
De todos lados recibo bofetadas.
Y hasta peco si le informo al juez.
Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta
Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.
Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.
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