Esta mañana estaba vaga. Las sábanas se me han pegado al cuerpo y he tenido que hacer un esfuerzo terrible para despegarlas. Me han llamado tres veces al móvil y he sido incapaz de levantarme a ver quién era. Luego he sabido que habían sido Adita, Nines, Ana y Adita otra vez. Por fin a las once menos cuarto una quinta llamada me ha hecho bajar los pies al suelo y calzarme las zapatillas. Era la otra Adita; la de Vitoria, que quería saber qué tal estaba por aquí y si ya había arreglado lo de los papeles. Espero no haberla parecido antipática porque en realidad a ní me pasa que hasta que no me tomo el segundo café no me espabilo. Y si alguien habla conmigo antes de hacerlo, respondo con monosílabos y poco más. Bueno pues ni siquiera había empezado a cortarme la tostada; ya digo que acababa de bajar los pies de la cama y colocarme rápidamente las zapatillas, para contestar, rápidamente también a lo que creía que sería alguien de la familia más cercana.
No obstante me ha venido bien porque tenía el propósito aparcado de ir a visitar la Catedral y se me estaba haciendo tarde. Así que aprovechando que ayer por la tarde adecenté la casa, me he dado una ducha rápida y calentita, me he vestido en un plis y he salido zumbando. El último pase de la visita guiada empezaba a las doce de la mañana.
Menos mal que el autobús tarda 7 u 8 minutos en dejarte en la misma puerta, pero todos mis esfuerzos han sido inútiles porque parece ser que los domingos no hay visitas guiadas hasta las 4 de la tarde, y evidentemente yo a esa hora no voy a estar porque ahora mismo son las 15,10h., y tendré que ir a casa a comer algo. Aún me queda mañana, aunque es mi último día por aquí y creo que voy a tomármelo con calma. Siempre tienes que dejar algo pendiente para poder regresar y a mí me quedan aún muchas cosas que ver.
Algún día contaré lo que supuso para mí el visitar la Alhambra, cuando era jovencita; cuando mis hijas eran unas niñas y ahora, este último mes de octubre. Nunca deja de sorprenderme. Pero esto merece un capítulo aparte que tal vez escribiré mañana o pasado.
Hoy sí puedo decir que me he recorrido el 75% de las Iglesias de esta Ciudad y que he dado testimonio de ello en la cantidad de fotos de retablos y columnas y ábsides y de crucetas. El arte es maravilloso. Es todo lo que puedo llegar a decir hoy. El tiempo se me escapa, tengo que marcharme. Me han dicho que fuera ha estado lloviendo....
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