Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta




Soy Licenciada en Ciencias de la Información. Me gusta la poesía y la narrativa poética. He publicado artículos en revistas y periódicos desde 1989, he escrito 4 novelas, algún que otro cuento, ensayos y relatos cortos. Actualmente estoy trabajando sobre mi 5ª novela. Asimismo colaboro con Radio AFAEMO, en Madrid y con Emisoras ASEMFA en Andalucía. Publico también artículos para la Revista mensual Espacio Humano.

Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.

Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

PASEOS POR GRANADA.- Carmen Urbieta.

Ya entramos en el tercer día de estancia en tierras granadinas.
No he perdido el tiempo. Esta mañana he salido temprano a hacer una excursión a la Fuente del Avellano, que muy poca gente conoce. Está en la vertiente de la Alhambra al final del paseo de los Tristes. Se cruza por el puente del Darro y se coge la primera desviación a la izquierda. Es sencillo.

El camino es precioso; los alcornoques ceden sus hojas al camino, que las recibe hambriento. Llueve. Llueve tanto que el dueño del bar donde he parado a tomarme un café me ha prestado su paraguas. Aunque no he llegado a usarlo, salvo como bastón, para subir la pequeña empinada cuesta del camino. Tengo una capucha tremenda. Y un chubasquero a prueba de agua...

El agua. El protagonista del día; de la mañana. el río Darro discurriendo cantarín abajo, en la ladera del monte. La lluvia con su sonar de flauta, cantando avergonzada ante tanto silencio...Mis pasos; escurridizos y húmedos, deteniéndose apenas para leer uno de los poemas que jalonan el camino y distraen al paseante.

Todos ellos alusivos al agua. Podemos ver versos de San Juan de la Cruz, de Jorge Luis Borges, de Rafael Alberti... y de muchos otros autores que mi incultura no me deja recordar. También hay un relato relativo al agua de Antonio Muñoz Molina...prosaica prosa que desentona ante las caladas cocepciones poéticas del resto de los autores.

No obstante, en la Fuente del Avellano ya no hay fuente. Sólo un pequeño chorrillo silencioso apenas, y una de esas máquinas que proporcionan agua cuando le pisas el pedal. Se ha acabado la poesía y me pregunto que por qué no voy un poco más para allá... pero se hace tarde y debo volver a casa a comer y a descansar un poco porque esta tarde quisiera salir de nuevo a visitar pequeños rincones de mi Granada.

Efectivamente; me preparo una comida de patatas con pimientos y tomates; todo muy troceadito y pasado por la sartén con un sofrito de cebolla y ajo. De segundo unas croquetas congeladas de pollo que no están del todo mal, y para postre un zumo de naranja, que de éso no me privo.

Mañana voy a comer unas setitas que compré ayer en el mercado. Seguramente las prepararé ahora cuando llegue a casa, pues vengo de regreso del Mirador de San Nicolás; uno de mis rincones preferidos, aunque esta tarde ahí arriba ha hecho bastante frío, y las luces se han hecho esperar. Se han encendido pasadas las 18,30h.; cuando ya casi estaba a punto de marcharme porque creía que ya no las iban a encender. Abajo, el alumbrado de Granada se veía diáfano... Catedral, Las Angustias, S. Gregorio, S. Andrés, El Sagrado Corazón, Puerta Elvira... todo encendido y la Alhambra en penumbra... He preguntado a un extranjero con una reflex impresionante, si sabía cuándo iban a dar la luz... pero sabía lo mismo que yo; o sea, ni idea... éso sí; se mostraba optimista y pensaba que el motivo de la tardanza es que esos focos tienen que calentarse despacito.

Bueno pues a esperar moviéndome de un lado a otro para combatir el frío de la tarde anochecida. Hablando cuatro frases inconexas con los cuatro chalados a los que se nos ha ocurrido subir hasta allí hoy.

Pero tengo pocos días. El lunes si Dios quiere ya me vuelvo y no puedo permitirme el lujo de perder el tiempo y esperar que lleguen días mejores porque estamos a 1 de diciembre y me temo que de aquí en adelante mucho calor no puede hacer. La opción, por lo tanto, está muy clara para mí.

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