Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta




Soy Licenciada en Ciencias de la Información. Me gusta la poesía y la narrativa poética. He publicado artículos en revistas y periódicos desde 1989, he escrito 4 novelas, algún que otro cuento, ensayos y relatos cortos. Actualmente estoy trabajando sobre mi 5ª novela. Asimismo colaboro con Radio AFAEMO, en Madrid y con Emisoras ASEMFA en Andalucía. Publico también artículos para la Revista mensual Espacio Humano.

Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.

Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.

martes, 30 de noviembre de 2010

EL AGUILA.- Carmen Urbieta.

Ayer llegué a Granada. Sola.
El autobús aparcó a las cuatro y media de la tarde.
Como siempre suele ocurrir, el trasiego de viajeroos dilató la salida más de media hora.
Al fin cogí mi maleta y salí del atolladero.
Estaba loca por fumarme un cigarro.
También tenía que meter algunas bolsas en la maleta.
Salí a la calle.
Mi casa queda cerca.
Me preguntaba si sería mejor esperar a un autobus para una parada,
o si cargar con la maleta la pequeña cuesta.
Al fin me decidí por lo segundo.
Y arrastré mis pasos hacia mi provisional de esta semana.

Una vez en casa, me eché sobre la cama grande.
Dudé sobre cuál de ellas ocupar
y al final me decanté por la de matrimonio.
No duré en ella más de unos minutos.
Me apremiaba la idea de ir a comprar provisiones,
para la semana.
Así que me puse nuevamente el abrigo y la bufanda y salí a la calle con el monedero y las llaves en la mano... y el sempiterno tabaco.
Al llegar a la parte baja me encontré con Encarnita, siempre tan cariñosa.
Y salí a la tarde prometiéndome que al regresar visitaría la Ciudad...
...Pero no fue posible.
Estaba muy cansada.
Al volver del mercado, me tiré literalmente encima de la cama nuevamente.
Pensaba que Encarni tal vez me visitaría.
Pero no lo hizo.
Supongo que quiso dejarme en paz el primer día.

En casa hace frío.
No funciona la calefacción, o al menos ayer no funcionaba...
Hoy llevo toda la mañana fuera.
Llueve suavemente sobre mi gorra francesa.
A veces el chubasco da una breve tregua.
Pero la temperatura es buena.

Ayer estuve leyendo toda la tarde.
La paz y el vacío me rodeaban la cintura, los pechos, el hombro derecho...
Filosofé sobre la vacuidad de los seres, de las cosas y de los animales.
Somos un compuesto de millones de partículas que llamamos unidad.
...Y la unidad no existe; somos vacío.
Aunque tampoco existe el vacío perpetuado.
¿Entonces, qué somos?. ¿En qué consistimos?.
¿De qué está hecha una roca o una flor?.
¿Qué es la impermanencia?.
¿Por qué envejecemos?. ¿Qué es la muerte?.

La impermanencia de todos los seres...
Una flor se marcita al cabo de los días.
Las crisálidas se transforman en mariposas y mueren
a las veinticuatro horas.
Una roca se orada al cabo de los siglos.
Ynosotros somos impermanentes a los cien años,
si todo va bien;
es decir, si no inclinamos nuestros afectos y nuestras emociones
a aspectos negativos. Porque la negatividad produce enfermedad,
y con ella deterioro y muerte.
Por éso es tan importante renovarse como el águila,
que cuando ve que su pico se curva y choca con el cuello,
y vé que sus garras están exageradamente retorcidas,
sube a la montaña,
busca una grieta y se instala en ella durante cinco meses...
El tiempo suficiente para arrancar el viejo pico contra la roca
y esperar a que salga otro nuevo,
y, con ese nuevo pico, arrancarse una a una las garras,
y esperar cinco meses...
y salir al espacio renovado, para los treinta años sucesivos.

Ésa es una actitud positiva.
Todos deberíamos aprender del águila

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