Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta




Soy Licenciada en Ciencias de la Información. Me gusta la poesía y la narrativa poética. He publicado artículos en revistas y periódicos desde 1989, he escrito 4 novelas, algún que otro cuento, ensayos y relatos cortos. Actualmente estoy trabajando sobre mi 5ª novela. Asimismo colaboro con Radio AFAEMO, en Madrid y con Emisoras ASEMFA en Andalucía. Publico también artículos para la Revista mensual Espacio Humano.

Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.

Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.

domingo, 5 de diciembre de 2010

LA ABADÍA DEL SACROMONTE.- Carmen Urbieta.



Y sigo caminando por los rincones.

Ayer estuve en la Abadía del Sacro-Monte. Me llamó la atención la cantidad de estrellas de David,o símbolos de Salomón, que en ella estaban incrustadas en forma de vidriera, bajorrelieve, lienzo o formando parte de las cornisas, entrelazadas unas con otras como los azulejos árabes de la Alhambra y de otras construcciones moriscas. No tiene, sin embargo, el símbolo nada que ver con el judaismo y sí, al parecer con el símbolo de Salomón que perpetúa la sabiduría y el conocimiento, por si no son la misma cosa, que no lo son.

En la visita guiada solamente estábamos presentes un inglés y yo. Eran las 13 h. y a nadie se le ocurrió, más que a nosotros dos, adentrarnos por el simbolismo de la Abadía. Parece ser que siempre ha estado muy vinculado al arzobispado desde que en 1496 dejaron a D. Pedro e Castro construir sobre el monte más elevado de Granada unas habitaciones para los seminaristas y un colegio que ha estado funcionando desde el S.XVI hasta los años 40. La Iglesia es un lugar acogedor donde se exponen las tallas de los cuatro santos quemados allí mismo con cal viva. San Cecilio fue uno de ellos y su negra piedra sepultural puede ser besada por las mujeres que desean contraer matrimonio en menos de un año. Yo, por supuesto, no la besé. No sé lo que deseo; supongo que el amor en mi vida es importante, pero no tanto como para darme un plazo tan corto, y menos sin saber quién será el afortunado. Y perdón por la petulancia.

El inglés y yo nos miramos de reojo. Obviamente él también andaba solo por el mundo, pero se las apañaba como yo, para no perder el tiempo. Era guapo y gentil y siempre me cedía el paso. Llegó a decirle a la guía que explicara las cosas primero en español y luego en su idioma. La guía aceptó, encantada y seguimos deambulando por corredores, vestidores, sacristías y cuevas, donde se alzaban diferentes capillas todas ellas dedicadas a diferentes vírgenes, con tallas contemporáneas a la construcción del recinto.

Las cuevas tenían el aspecto de cavernas o de catacumbas cristianas. Allí fueron quemados con cal viva los cuatro santos del retablo central de la Iglesia. Los símbolos salomónicos continuaban reproduciéndose en paredes y techos, y las bóvedas, con luz exterior, hacían innecesario el tendido eléctrico.

Salí encantada de haber visitado algo peculiar que está sin embargo tan próximo a Granada. Cuando me encaminaba hacia la parada del autobús, Philip en su fatídico español, me dijo que me bajaba él en su coche. Por la espalda me recorrió un escalofrío. A ver si iba a tener razón San Cecilio. Yo estaba guapa aquel día y lo sabía, pero en el trayecto de bajada hubo algo que nos separó: el idioma. Yo no tengo ni repajolera idea de inglés y evidentemente a él le pasaba lo mismo con el español. Así que le dirigí hacia un restaurante de tapas que conozco; pedimos una cerveza y nos despedimos como amigos; éso sí, yo no tenía su teléfono ni él el mío. Resultaba tan embarazoso pedírselo... y sin saber cómo demonios entendernos más que por señas... Le voy a decir a Ana que empezamos el viernes con las clases de inglés. Ya se lo había dicho, pero tuve que venirme por asuntos de papeles y para hacer un poco de turismo que no me canso de deambular por estas tierras.




No hay comentarios: