No, rien de rien
no, ti ne me quitte pas.
environ...rien de rien
environ... tu ne quitte pas....
Había una vez una hermosa cantante francesa de nombre artístico Edith Piaf. Se la conocía como la voz de Francia porque era capaz de cantar sin micrófono ante una inmensa audiencia.
Edith se enamoró de un piloto americano. Vivieron dulces momentos... pero un día su gran amor desapareció. Era aviador y tuvo un accidente mortal.
Las personas que pululaban alrededor de Edith Piaf, quisieron protegerla y ocultarle la verdad, pero ella se extrañaba por no tener noticias de su amado.
Arrastraba una tuberculosis galopante y al conocer finalmente la noticia se dió a la bebida para olvidar su inmensa pena.
Edith tuvo que salir a escena sujeta con unos arneses de silicona que la sujetaran su cada vez más cadavérica figura.
Finalmente realizó un casting para componer una última canción en recuerdo de su amado piloto americano.
Los músicos que por allí pasaron no fueron de su agrado. No daba con la canción que tenía en mente.
A última hora apareció un pianista de aspecto descuidado y compuso para ella la música de la canción francesa más hermosa de la historia de Francia.
Edith murió sola y triste. Jamás superó la muerte de su amado.
Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta
Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.
Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario