Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta




Soy Licenciada en Ciencias de la Información. Me gusta la poesía y la narrativa poética. He publicado artículos en revistas y periódicos desde 1989, he escrito 4 novelas, algún que otro cuento, ensayos y relatos cortos. Actualmente estoy trabajando sobre mi 5ª novela. Asimismo colaboro con Radio AFAEMO, en Madrid y con Emisoras ASEMFA en Andalucía. Publico también artículos para la Revista mensual Espacio Humano.

Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.

Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.

jueves, 18 de agosto de 2011

MIS HIJAS.- Carmen Urbieta.


Acabo de leer una nota de entre las diez mil quinientas que me manda Laura continuamente. En ella puede leerse: TE QUIERO. Eres mi MADRE y mi ORGULLO. Y su preciosa firma.

En la cocina tengo dos pizarrines para apuntar las cosas que me faltan por comprar. No puedo usarlas porque en uno de ellos está escrito: MAMÁ, TE QUIERO, así en grande; y me da pena borrarlo y en el otro hay un dibujo de una mujer que soy yo, muy sonriente lanzándome en un columpio. Por supuesto que tampoco lo borro.

Ricardo va a hacerme un retrato, aunque dice que tiene muchos pedidos, pero me cuela por ser su segunda madre, porque él para mí es como un hijo; igual que Iván.

Además me va a ilustrar los cuentos que me van a publicar en una línea editorial que no digo ni nombre ni fecha porque se supone que se trata de una sorpresa.

Acabo de hablar con Ana y me ha dicho que se va a quedar conmigo todo el mes hasta que nos vayamos a Granada. Ana daría su vida por mí; mejor dicho, Ana ha sacrificado parte de su juventud por mí y yo se lo agradezco, aunque me entristece que hayan tenido que madurar siendo tan jóvenes, cuando lo que yo hubiera deseado para ellas es una infancia y una adolescencia feliz; no ha podido ser.

Mis dos hijas lo que se merecen es ser respetadas como yo las respeto, porque han estado siempre allí; dando el callo y sin perder un átomo de compostura. Han asistido a todos mis altibajos, incluso en la época en que eran muy peligrosos. Han hablado siempre con mis Médicos y con mis Enfermeras; me han procurado consuelo y armonía... no hace falta que diga que me quieren con locura; con locura, sí, y a mucha honra porque jamás se han avergonzado de su madre. Al contrario, han elegido una actitud positiva y se han empapado, ilustrado e informado de todos y cada uno de loos aspectos relacionados con la enfermedad.

Si yo las digo "ven", lo dejan todo. Sin pregonarlo a los cuatro vientos.

Y el que se ofusca y no quiere verlo es porque a lo mejor no está presente.

Es muy fácil hablar. La calumnia es sencilla. La ignorancia, atrevida. Yo sólo digo: si no las conocéis, no sabéis lo que os perdéis.

Ha llegado la hora de poner límites. Nuestra copa rebosa.

No hay comentarios: