Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta




Soy Licenciada en Ciencias de la Información. Me gusta la poesía y la narrativa poética. He publicado artículos en revistas y periódicos desde 1989, he escrito 4 novelas, algún que otro cuento, ensayos y relatos cortos. Actualmente estoy trabajando sobre mi 5ª novela. Asimismo colaboro con Radio AFAEMO, en Madrid y con Emisoras ASEMFA en Andalucía. Publico también artículos para la Revista mensual Espacio Humano.

Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.

Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.

viernes, 25 de noviembre de 2011

EPITAFIO A NUESTRA ADITA.- Carmen Urbieta.

Ayer fue ofrecida la misa-funeral por el alma de nuestra querida Adita. Al margen de la frialdad y de las equivocaciones del párroco, todos nosotros asistimos sobrecogidos por algo que consideramos injusto; muy injusto. Pero al mismo tiempo quisimos de alguna manera parecernos un poquito a ella, que, con su sencillez, amaba tanto a Cristo.

La Iglesia también estaba allí, acompañándonos con tristeza y dolor a todos los familiares; principales afectados, sobre todo y por encima de todo, sus queridísimos hijos.

La autoridad eclesial no les dejó leer dentro del recinto las tiernas palabras que dedicaron a su mami; también se confundieron en alguna otra cosa, pero todo éso hay que dejarlo de lado y pensar que la iglesia se trasladó a Batavia, lugar tan frecuentado por Adita, y allí pudo darse lectura al fin de las palabras que emanaban del espíritu de sus hijos. _Todos sabemos cuánto la querían. Sentían adoración por ella, como la sentimos todos.

Yo no me atrevo a decir que se nos ha ido una santa, pero de alguna forma sí sospecho que algo de éso había en ella, que ha sabido llevarnos su ejemplo de vida con la dulzura, la honradez, la sencillez y la bondad que la caracterizaban.

Ella que se creía pobre, no sabía que en sí misma constituía un tesoro. Un tesoro para todos, que seguiremos llevando prendido en el corazón y en el alma por los siglos de los siglos.

Yo quiero ahora que cuando alguien hable o piense en Adita despliegue una sonrisa como la que ella tenía para todos. La sonrisa más bonita que he visto en mi vida. Y que la recordemos así, con esos ojitos brillantes y bellos y esa carita redondita como un sol.

Porque nos dejas un hueco que se llena con tu enorme luz.
Porque queremos parecernos un poquito a tí.
Porque te hemos querido, te queremos y te querremos siempre.
Gracias Adita.

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