Silencio.
Sólo los árboles mueven sus ramas expulsando aquéllas que amarillean.
El suelo se reviste de un tapiz ocre.
Huele a humedad.
Una humedad penetrante y muda...
Silencio.
Los días derraman su cáliz en el hastío de las tardes,
tediosas, interminables...
A las seis y media ya se han encendido las lámparas del suburbio
y con la noche recién estrenada llega el silencio...
solamente roto por ese fino transcurrir de las gotas de agua que,
indecorosas, relumbran en las farolas de la avenida,
en las tejas de las techumbres,
y en la paciente espera de las plantas.
Silencio.
Nada es lo que parece.
No son más que las seis y media en punto de la tarde.
Hace dos meses aún chapoteábamos en la playa...
a plena luz del sol, y sin embargo ahora...
Silencio.
Luces que se encienden dentro de las casas,
troncos que se queman en la chimenea,
atmósfera aquietada por la naturaleza...
Silencio.
Mucho silencio.
Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta
Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.
Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.
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