ROZANDO EL DESAHOGO
Me levanto. Las rodillas no quieren obedecerme.
Así y todo, lo intento. Ya estoy de pie. ¿Y ahora qué?
Suenan clarines de almas bienintencionadas,
Yo, que hasta ahora sólo he sabido errar.
Caen los minutos y sigo sin adaptarme
Al torpe caminar.
Todo en mí es quietud y soledad.
Me falta la fatiga tantas veces sentida
De un hombre entrelazado.
De un capitán de barco que dirige
Los movimientos de su tripulación…
Y yo sola y confusa me desespero
Sentada en mi sillón.
Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta
Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.
Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario