Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta




Soy Licenciada en Ciencias de la Información. Me gusta la poesía y la narrativa poética. He publicado artículos en revistas y periódicos desde 1989, he escrito 4 novelas, algún que otro cuento, ensayos y relatos cortos. Actualmente estoy trabajando sobre mi 5ª novela. Asimismo colaboro con Radio AFAEMO, en Madrid y con Emisoras ASEMFA en Andalucía. Publico también artículos para la Revista mensual Espacio Humano.

Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.

Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.

domingo, 6 de noviembre de 2011

ÉXITO Y FRACASO.- Carmen urbieta.

Decía Scott Fitzgerald que el éxito conduce al delirio.
El fracaso a la lucidez.

Y puede que tenga razón.

Sin llevar las cosas a sus extremos, ¿quién no ha mirado en su interior ante un fracaso?.
¿Qué otra cosa nos queda muchas veces, sino la de indagarnos por dentro las causas del infortunio, y, buscando, buscando, llegamos a verdades reveladoras, que nos completan como ser humano? Es éso a lo que denominamos lucidez. Porque cuando te hallas instalado en el éxito, rara vez se te ocurre atisbar algo que vaya más allá de lo superfluo; del delirio de la más apropiada indumentaria, o el coche de nuestros sueños, o... lo externo. Todo lo brillante y superfluo del capitalismo más exacerbado. Incluso nuestros amigos tienen que hacer juego con nuestro traje de chaqueta. Es el delirio y es la muestra inequívoca de la superficialidad.

Sin embargo cuando das un traspiés todo cambia. Tus amigos... ésos que hacían juego con tu traje de cuadritos... simplemente ya no están. Y te quedas, quieras o no quieras, tú solo ante el espejo de tu perplejidad, rumiando el fracaso, que pasito a paso te hace ver que lo de antes era artificial; que a duras penas podía sostenerse; que pendía de un finísimo hilo.

Te das cuenta también de que hay muchos; muchísimos seres pasando necesidades, que son tan lúcidos como tú lo estás empezando a ser, a base de declinar apetencias; de prescindir de ciertas cosas plenamente prescindibles. Y de aceptar de buen grado que lo que importan son las personas, no las cosas; lo que importan son las emociones, no un velero de lujo; lo que realmente importa es el amor, la esperanza, la libertad... cosas todas intangibles.

Y aunque, como yo, vuelvas al cabo de los años a adquirir un status "saludable", hay algo ahí dentro que te dice que no te dejes deslumbar por la apariencia. Hay algo ahí dentro que te obliga a pensar que nunca volverá a ser lo mismo. Por fortuna, mis gafas ahora tienen otra graduación.

No hay comentarios: