Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta




Soy Licenciada en Ciencias de la Información. Me gusta la poesía y la narrativa poética. He publicado artículos en revistas y periódicos desde 1989, he escrito 4 novelas, algún que otro cuento, ensayos y relatos cortos. Actualmente estoy trabajando sobre mi 5ª novela. Asimismo colaboro con Radio AFAEMO, en Madrid y con Emisoras ASEMFA en Andalucía. Publico también artículos para la Revista mensual Espacio Humano.

Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.

Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.

martes, 29 de junio de 2010

LA RELIGIÓN Y LA MUJER.- Carmen Urbieta.

Para empezar, reconocer que soy creyente. Es decir, "creo" en la existencia de un "ente" superior, llamémosle Dios, si se quiere, que hizo la vida posible en este planeta. Que creó el Universo, con todas sus galaxias, y creó también la Tierra, los mares y montañas, los animales, las plantas... todo lo que existe. Y el último día creó al hombre, a semejanza suya, y vió que no era bueno que el hombre estuviera solo, sacando de una de sus costillas a la mujer. Hasta ahí, de acuerdo. Es un acto de fé totalmente revatible incluso con teorías muy sofisticadas, pero si me permitís, yo quiero creer en la existencia de una fuerza superior. Así comienzan los primeros versículos de la Biblia. Y ahora voy a ser crítica. La Biblia no está redactada por Dios, sino por los hombres, y a veces dá la sensación de ser un mero libro de Historia mal escrito.

Ya desde el Génesis, los autores de la Biblia presentan a la mujer, -Eva-, como una linda muñequita caprichosa que indujo a Adán a desobedecer la orden de no comer del fruto del árbol de la Ciencia. Ése fue el primer pecado; el pecado original, que Dios, en su infinita misericordia, (1ª incongruencia), nunca nos ha perdonado, excepción hecha de la Virgen María que concibió sin haber conocido hombre (como no podía ser de otra manera). Con ésto quieren dar a entender que el sexo, (1/er. punto energético de todo ser humano), es sinónimo de "pecado" y "vergüenza".

Yo me he leído los Evangelios infinidad de veces y puedo asegurar que allí no dice nada de que los Apóstoles y Discípulos deberían permanecer célibes. Los curas y las monjas y todas las órdenes religiosas son herederos de ese apostolado. El apostolado auténtico, para mí, es el que llevan a cabo misioneros y misioneras como Vicente Ferrer (jesuíta expulsado de su Orden y casado posteriormente con una periodista americana que le siguió en su lucha por los más necesitados hasta la muerte), o Sor teresa de Calcuta (que también es digna de veneración), o las -afortunadamente- miles de personas, con o sin hábito, con o sin pareja, que centran su vida en la ayuda a los demás.

Pero si seguimos manteniendo unas tradiciones rancias, impuestas por la Iglesia,- y no por la Palabra de Jesucristo-, en las que se prohíbe el sexo; esa energía tan humana y tan necesaria, tendrá que ser ocultada y así no es extraño que cada vez más "curas" salgan a la palestra acusados de delitos tan onminiosos como la pederastia. Estamos cansados de asistir perplejos a este tipo de acciones que se intentan ocultar, pero que de vez en cuando se filtran en algún Medio de Comunicación. ¿Cuándo vamos a dejar de ser tan hipócritas?.

Otras religiones, como la mahometana, y algunas otras corrientes fanáticas, convierten a la mujer en un ser despreciable del que se avergüenzan y al que mantienen sometido. Los hombres pueden cometer adulterio o tomar varias esposas (por motivos de equidad demográfica, dicen). Pero que no se le ocurra a una mujer cometer adulterio porque la lapidan. Hoy todavía sigue habiendo lapidaciones de mujeres adúlteras. Jesucristo, ante este hecho concreto dijo: "el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra". Han pasado más de 20 siglos.

Y para terminar, una frase que me "encanta" de Monseñor Escrivá de Balaguer, fundador de una secta llamada "Opus Dei" y que escribía no hace mucho, (cito textualmente): "La mujer no necesita ser inteligente; basta con que sea sumisa".

(Sin comentarios). Como siempre, es mi opinión.

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