Asomaba a sus ojos una lágrima.
Como la espina cuando aún está en flor.
Como las macilentas amapolas.
Como el pesebre de nuestro niño Dios.
Bajaba de la iglesia, subida a sus tacones.
Bajaba despacito; no fuera a resbalar.
Bajaba con los ojos encendidos.
A la ignorancia que los vió pasar...
...Y no sabía...
Que detrás del alcornoque reina la melancolía.
Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta
Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.
Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.
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