Por los cañizares baja
la procesión.
Miles de hombres devotos
y una canción.
Cantan al Cristo
-aunque nunca le han visto-,
que lleva elevado
el capellán.
La llaga, la corona y la bondad.
Son muy austeros.
Cuatro pares de panes
y un vino bueno.
Aunque no le han oído.
Encadenarse en el huerto
de los olivos.
Y recibir con gracia
el beso envenenado
de codicia, traición,
y falsedad.
Él ya le ha perdonado
sin vanidad. Con sentimiento.
Una llaga al costado; mirada al viento.
Ruega por mí, se dicen,
los pecadores.
Y Cristo les escucha
lanzando flores.
Flores del cielo
que son las estrellitas
y los luceros.
Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta
Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.
Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.
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