Bienvenido al Blog de Carmen Urbieta




Soy Licenciada en Ciencias de la Información. Me gusta la poesía y la narrativa poética. He publicado artículos en revistas y periódicos desde 1989, he escrito 4 novelas, algún que otro cuento, ensayos y relatos cortos. Actualmente estoy trabajando sobre mi 5ª novela. Asimismo colaboro con Radio AFAEMO, en Madrid y con Emisoras ASEMFA en Andalucía. Publico también artículos para la Revista mensual Espacio Humano.

Por último añadir que soy miembro de ODEM (Organización para los Derechos de los Enfermos Mentales), colectivo éste que despierta en mí un alto grado de sensibilización.

Quisiera desde estas páginas pedir vuestro apoyo, colaboración, comentarios y la mayor difusión posible, a fin de mejorar muchos aspectos. Todo ello lo iréis viendo en mis escritos.

martes, 17 de noviembre de 2020

VOY A ESCARCHAR EL AIRE, ENGALANADO

 Dibujaba triste una sonrisa alegre.

Más no engañaba a nadie.

Mente inusual; probablemente llegue.

A medirse con titanes, en el aire.


Compartía con nosotros la arrogancia.

De una dura mañana en lontananza.

Quisiera competir en importancia.

De dejarse llevar. La ancha panza.


Tergiversar un verso; ahí es nada.

Marcharemos cansinos hacia el alba.

En la noche se oirá alguna canción.

Amaneciendo incluso en mi sala.

Lo que en la tuya suena a religión.


Voy a cantar viejos aires del norte.

Voy a escarchar el aire, engalanado.

Voy a sonreír al día, siempre, porque.

Me resulta difícil rechazarlo.


Cuando el cariño se mete en su portal.

Y no sale al frío otoño.

Es porque no te quiere de verdad.

Que ceje ya tu empeño.


De qué manera quererle.

Sin sacar los clarines.

Desde dentro, sin axiomas.

Y con dos bailarines.










martes, 10 de noviembre de 2020

PERFUMANDO TU FRENTE

 Quisiera oír tu voz esta mañana.

Doliente y triunfadora, sempiterna.

Llorosa y rompedora; siempre externa.

Caos demoledor, noche africana.


Jazmines frescos que al tocar tu mano.

Perfumando tu frente, voladora.

Agita el aire, espada luchadora.

Escudo en que planea el ser humano.


Ven hacia mí, eunuco enamorado.

Vuélvete presto, pues que yo te imploro.

Tal vez encubrirán aquellos lodos.

Los luceros rojizos y dorados.








miércoles, 21 de octubre de 2020

EN AMAGO DOLIENTE UNA DERROTA

 Odres de finos vinos, afrutados.

Jazmines olorosos, perfumados.

Nanas de amor, ardiente, inmaculado.

Y un corazón marchito al otro lado.

Otoño llega ardiente, esperanzado.

Ávido de locuras; mitigado.

Corazón que en su caja, consternado.

Revienta la razón, inusitado.

Resuena el llanto amable, postergado.

Doliente y soñador, embadurnado.

De algas y líquenes que en su perfil ha hondado.

Trémulo de quereres y olvidado.


Vuelvo al perfil de tu mirada ignota.

Serpenteando por valles y montañas.

La frente henchida; la morada rota.

Y en amago doliente una derrota.

Vuelvo a tu crin, pegaso alado mío.

Envuelvo mi tristeza entre tus trenzas.

Que nadie diga que no he corrido al río.

A enjuagar mis poemas.

Noches de luz añil, aletargada.

Días de luz difusa, sosegada.

Estaciones de orín y madrugadas.

Repletas de salitre, consternadas.

Voy de puntillas lanzando mi poema.

Que con pasión cerca de ti he bordado.

Alguien dirá que mereció la pena.

Desangrarse de amor el ermitaño.

Cuando en silencio leas estas letras.

Recordarás mi hazaña y sus verdades.

Olvidarás mi angustia. Y a raudales.

Soñarás que te quise en otras tierras.



MELANCOLÍA

Arrogantes perfiles encorvados.
Soledades del tiempo y el espacio.
Muchedumbres de paja; al viento alados.
Trémulos de rencores. Id despacio.
Id despacio a traerme la mañana.
En que la noche cierne sus entrañas.
Cavidades de cráneos y marañas.
Recordaréis el eco de las voces.
Prestadas al confín de escapularios.
El envés de tu aliento te hace extraña.
Un corazón ardiente y un sudario.
Frente a ti cantaré mis cantares.
Efervescentes roces de poesía.
Luchas de sol y sombra, entre pilares.
Quieta melancolía.
Susurraremos verso alejandrino.
Y rimas asonantes.
Todo da igual. Solamente el destino.
Igual ahora que antes.
Pero mañana el sol brillará festivo.
Antes de que le cantes.
La lluvia tornará verdes las hojas.
De mi magnolio blanco.
Y mi canto de amor destilará las notas.
De mi sentir gallardo.
Octubre acaba. Noviembre apresurado.
Viene empujando.
La saeta y el sable mesurado.
Más allá de la hoguera, transmutando.
Y una sombra fugaz. Y una mañana oscura.
Rebosan de inquietud mi amargura. 

DESANGRANDO TU HERIDA

 Rindiendo sables a tenor del viento.

Compartiendo romances y legajos.

Perdemos la batalla entre sombrajos.

Suponiendo un dolor que ya no siento.

Mañana en la batalla, capitana.

Desangrando tu herida más profusa.

Los muertos me visitan, casquivana.

Respondiendo al dolor, vida confusa.

Manchando de oro y mies mi madrugada.

Deshojando la enorme margarita.

Desoyendo las voces; algaradas.

Repleta de ecos. De árboles henchida.

Corro a tu encuentro, mujer enamorada.

Visión de mar y cieno son tus ojos.

Hacia el jazmín perfumado, evaporada.

Constelación repleta de rastrojos.

Confusión de algodones, desvaríos.

Canción ardiente donde tu alma fluye.

Al ancho mar van  a parar los ríos.

Todo es cadencia, que mi sombra obstruye.

Y el capitán avanza una misiva.

Contramaestres bordarán tus sábanas.

El cañón y la piedra, permisiva.

Mediums ignotos vaciarán sus cábalas.

Canta gorrión, al sol de la mañana.

Canta ligero y solitario.

No tengas miedo; ocultaré el sudario.

Que tu trino de amor despliega al alba.

Y cantarán al viento de levante.

De norte a sur, sus garras afilando.

Y un corazón como único estandarte.

De trasnochadas vides succionando.

Néctar de reyes. Caballero errante.

Que en la lucha profusa, batallando.

Prestas tu luz al sol. Vuelo rasante.

De versos y de rimas restañando.








martes, 20 de octubre de 2020

ENTRE LOS ENTRESIJOS DE TU PIEL

 Entre los entresijos de tu piel voy cabalgando.

Gitana presta a cantarte bulerías.

Noche infinita en que el amor llega asomando.

Fiestas y letanías.

Entre los entresijos de tu piel voy dibujando.

Amores, llantos y fruslerías.

Tiernos acordes de fuentes rebasando.

Cantares, voces y melodías.

Entre los entresijos de tu piel me voy fugando.

De viejas frases, caricias... no podías.

No podías hurgar en mi maleta.

La dejé al cabo donde suponías.

Entre los entresijos de tu piel voy vaciando.

Ropas antiguas; llantos y alegrías.


AL ACECHO

 Al acecho prestaba segundos al viento.

Serenamente ágil.

Al acecho curvábamos la senda del aire.

Las ruinas contenidas de un solo hemisferio.

Que se desintegra persiguiendo iconos.

Que no ceden a tus pliegues.

Naciste doncella gallarda y risueña.

Tu brisa me espanta.

Regresé al camino donde mis ancestros.

Esperan el alba.

Comuniqué apenas ese beso arrebatado.

Creí darle caza.

Sortee caminos lejanos e inhóspitos.

Nada nos alcanza.

Susurré al oído de mi alma ingeniera.

Secretos de dama.

Cabalgué senderos; voz de arrabaleros.

Cerca de mi almohada.

Tenía un tesoro albergado en mi alma.

Pobre. Pobre alma.

Tenía un tesoro albergado y no puedo.

No puedo callarla.

Vaciaré de estrofas las rimas y versos.

De mi alma sola.

Alma que pretende un hueco en el cielo.

Dime que estoy loca.

Dime que todavía me queda tiempo.

Para abrir la boca.

Y decirte lo mucho que te quiero.

Que parezca poca.

La huella que dejaste, caminante.

Junto a tu roca.







lunes, 20 de julio de 2020

TE ESTOY AMANDO TANTO, QUE



Te estoy amando tanto que, me estoy acostumbrando a tí.
Te anhelo tanto y tanto que, el poema me sale al escribir.
Busco montañas altas que, solitarias renunciarán.
A encontrarse conmigo sin piedad, en mi viejo desván.

Encontraré la llave que, abra el baúl de mi pasión.
Encontraré la llave que, encubra mi preocupación.
Los verdes valles cantarán, junto al río mi canción.
El claro arroyo a refrescar, todo mi mundo en derredor.

Te estoy amando tanto que, no me avergüenza el confesar.
Que una mañana desperté, enamorada sin igual.
Busco testigos y no sé, a quién debiera preguntar.
Busco testigos y no sé, quién de todos me hará callar.


Y es que el amor. Cuando no ríe calla.
Y es que el amor. Entra por tu ventana.
Y es que estaré.Dibujando tu senda.
Y es que estaré. Acechando tu puerta.

Te estoy amando tanto que, dibujaré mi porvenir.
Te estoy queriendo tanto que, 
la angustia me hace proseguir.
Quiero tenerte junto a mí; 
que me sonrías al pasar. 
Quiero tenerte junto a mí; 
lo demás todo me da igual.

Te estoy amando tanto que,
mi corazón se va a parar.
Y en la penumbra encontraré
todo eso que tú me das.
Te estoy amando tanto que,
mi corazón va a dibujar.
Tiernas canciones que volqué
al fondo de mi paladar.

Viejos recuerdos que olvidé,
viejas frases sin recordar.
Testigos mudos de un amor.
Que no me atrevo a improvisar.

Te estoy amando tanto que,
con tu silueta bordaré.
La dulce espera de un adiós.
Que me quisiera entretener.
Para morir de amor por tí.
Ya que no te puedo tener..
Pero decirte adiós, mi amor.
Sería de golpe envejecer.


Te estoy amando tanto que,
tu nombre no pronunciaré.
No quiero exponerte, pues.
jamás te perjudicaré.
Tú ya lo sabes, yo también.
Eso es lo que debe importar.
Tú ya lo sabes, yo también;
que siempre yo te voy a amar.

Te estoy amando tanto que,
contigo siempre soy feliz.
Sólo con verte en derredor.
Ya soy feliz, yo soy así.
Y cuando tardas en llegar.
Mi vista va hacia tu portal.
Y se pregunta si quizás,
tardaré en verte una vez más.
Y se pregunta si quizás,
no pueda verte nunca más.

Te estoy amando tanto que,
tu ausencia noble evocaré
.Y tu recuerdo prenderá,
en el rosal de una ilusión.

Te estoy amando tanto que,
nunca jamás te engañaré.
Y aunque sea una equivocación,
tu ausencia siempre penderá,
del dorso de mi corazón.
Y tu recuerdo brotará.
Con la letra de esta canción.








EN FREGENAL.



Quiero cantarte hoy para que sepas.
Que me acuerdo de tí.
Sólo el amor me llama y no lo dejas.
Calmarme infeliz.

Lo estoy pasando mal, pero no obstante.
Seguiré siendo así.
Me importa mucho todo lo que haces.
Amor casi infantil.

Quisiera abrazarte entre mis brazos.
Y beber de tu boca.
Quisiera estrecharte en tus anhelos.
Y desearte cual poca.

Cual poca chiquilla de hace muchos años.
Que va para mayor.
Como un Amor que tiene sus arcanos.
Alrededor.

Y tú me dices ven en solitario.
Pero no estás conmigo.
Y yo sufro de amor, porque a diario.
Me pasas el testigo.

Si tú me dices ven, lo dejo todo.
Y todo es todo siempre.
Si tú me dices ven, yo  me dispongo.
A rozar tu semblante.

Y besarte la fuente de tu boca.
Azulada y perfecta.
Y acariciar tu cuerpo con mi ropa.-
Allá en tu Huelva.

Los moriscos se fueron hace tiempo.
Los gitanos están aún por llegar.
Las amapolas bailan con el viento.
En Fregenal.

sábado, 11 de julio de 2020

TIEMBLA CANCIÓN.



Te admiro, pero no te entiendo.
O te entiendo demasiado bien.
Sólo tienes a solicitar el divorcio.
Y seguir siendo quién.

Ella no quiere más que tu dinero.
Como el perro del hortelano.
Lanza sus gritos necios y certeros.
Hacia ese ser humano.

Pero no puedes permitir que te hunda.
Debes de reaccionar.
Sofá lleno de orines, y una funda.
Presta para lavar.

Eso no es vida, Ricardo, necesitas solazarte.
En todos los aspectos.
Si yo pudiera, quisiera ayudarte.
Déjame luego.

Que te presto mi piso p'a que vayas.
Otra noche a soñar.
Y busques un trabajo donde puedas.
Los lustros cotizar.

Y una noche serena, y un cigarro.
Al caer el sol.
Y una fiesta también, que cual guijarro.
Tiembla canción.

Y una canción romántica de Rosarillo.
O de Joaquín Sabina.
De Serrat, Pasión Vega o el chiquillo.
Va p'a la encina.

Que te voy a cantar mi repertorio.
Que creo que te gusta.
Si no es así, saber es perentorio.
No me asusta.

Que te voy a cantar mi repertorio.
Una noche de abril.
Que te voy a comprar en el locutorio.
Un altavoz febril.

Para que escuches presto mis canciones.
En pleno mes de julio.
Que te voy a llenar de inmensas ilusiones.
Desde éste mi estudio.

AMOR DE CONTRABANDO.



Venías por la calle de la churre.
Traías una cerveza pequeña entre las manos.
Deseabas encontrar un curre.
Más no podías dejar, arreglados, a tus hermanos.

Tu mujer pena con furia allá en tu casa.
Alcohólica, sólo necesita alcohol.
Sucia y holgada, mira a ver qué pasa.
Con su pensión; merecida y feroz.

Tú no tienes derecho a nada.
Ni paro ni saudades.
Bosa Novas que canto aquí en mi almohada.
Temblando mil edades.

Soy la mayor en este laberinto.
De flores y de paz.
Soy la mayor, pero aún daré un brinco.
Que te haga suspirar.

Las mil y una canciones del tintero.
Yo te hago llegar,
Las mil y una canciones, pues espero.
Tu imagen virginal.

Ya vas subiendo por la cuesta chica.
Hacia los bancos.
Ya vas subiendo, que Dios nos permita.
Amor de contrabando.

Pero sueño despierta y aún quisiera.
Tus lágrimas sorber.
Quisiera ver tus ojos estrellados.
Los quisiera retener.

Y quisiera beber de la tu boca.
Beber despacio.
Refrescarme en tí, como una loca.
Amor de contrabando.


viernes, 10 de julio de 2020

SI YO SUPIERA SOÑAR DESPIERTA.



En el banco te espero. Cerca de la "T"
que forma la frase "Tu sí", que me gusta tanto.
Frase positiva. Pronto volveré.
A sentar mis reales en la "U", que es tu banco.

Si yo supiera soñar despierta, soñaría.
En una vida distinta en la que tu fueras mi pareja.
Desde hace casi cuarenta años... melancolía.
No sé por qué sueña tanto esta carne vieja.

Si yo supiera soñar despierta, desearía.
Que todo el sufrimiento se barra desde ya.
Entonces, muy contento, con todos reirías.
Y juntos entonaríamos el verbo amar.

Si yo supiera soñar despierta, procuraría.
Haber nacido en tu tierra natal.
Para haberte conocido desde chico.
Y así saber seguro que nadie te hará mal.

Si yo supiera soñar despierta, te amaría.
Aunque eso ya lo hago trasnochada.
Ya amanece el día diez, y yo querría.
Sempiternas canciones, al viento; con mi hada.

Porque quererte es lo más bello que me ha ocurrido, últimamente.
Porque me justifico para no ser pesada, pero creo que se me ve...
Demasiado el plumero.
Porque siento vergüenza, pero al fin no es nada malo.
Sólo un sentimiento.
El que yo tengo hacia tí. Y el tuyo hacia mí., de amistad virginal.
Y así siempre... Hasta el final.






CONOZCO BIEN EL CAMINO.



Hoy vuelvo a solas con él.
Me da miedo la distancia.
Pero necesito un brazo.
Un brazo en el que apoyarme.
O me cojo el autobús.
Y me vuelvo despacito.
Y fresquita.

Como hacía antes...

Antes de tenerte a tí.
Tan cerquita y tan distante.
Tan a tu lado.
Pero no; hoy volveré a casa.
Sólo con tu compañía.
Bella no está.
Se fue con su marido...
A Santander...

Y yo imagino cómo serán esos cinco minutos.
En que los Valdebernardeños nos verán pasar.
En procesión. Cruzando por la churre.
Hasta el otro lado de la calle.
Sólos tú y yo.

Protégete, que te voy a cantar de mis amores.
En italiano y en francés.
Para que sepas que no debes reirte.
De lo que estoy sintiendo. No más.
No más que la lluvia y el viento.
Corazón que no sabe disimular.
Su sentimiento. Lo siento.
Si no quieres no tienes por qué acompañarme...
Conozco bien el camino.




jueves, 9 de julio de 2020

EXTREMADURA AMANECE.



Tengo una contractura en el cuello.
De tanto mirar hacia tu portal.
Cuando asomas con tu perrilla, vuelvo.
A respirar profundo, de manera tal.

Que el corazón se desboca en mis labios pintados.
Pintados para tí y nadie más.
Porque Bella también te espera, llegó flipando.
Y deseando darte ese cariño que no tenías.

Que el corazón se desboca en mis labios.
Y el alma huye, como agua en aspersor.
Porque una retirada a tiempo es de sabios.
Sobre todo cuando se trata de un señor.

Que no es tiempo de hacer el ridículo.
Que encaje el derechazo.
Que Bella ya le cuida, bendito montículo.
En el que te has albergado.

Que yo os bendigo esta unión tan bonita.
Y tan esmerada.
Yo iré detrás, como neska polita.
De madrugada.

Agur Jaunak. Dios te bendiga siempre.
Desde tu tierra.
Dejarás atrás lo que ahora te pierde.
Verás tu sierra.

Sierra de Fregenal; Cortijo y Puente.
Cerca de Huelva.
Ven a soñar edificios y fuentes.
Andalucía nace con sones de ida y vuelta.

Extremadura amanece entre Ayamonte y Lisboa.
Entre el Algarbe y Sintra. Entre Cascais y Estoril.
Entre Camoens y Pessoa.
Y entre toros y toril.


ADIÓS, RICARDO



Hola, cariño, aquí estoy deseando.
Que sea verdad todo lo que presiento en tu mirada.
Yo sé que tú buscas en la mía algo.
Que indique que sigue en vigor la tontería que te dije ayer.

Porque tú, amor, necesitas de mucho cariño.
Y yo puedo dártelo, pero Bella también.
Ella es más joven, y más dicharachera.
Así que me retiro un segundo antes de resultar patética.

Llegaste tarde, Shamira, reina de las noches.
¿Cómo podré decir adiós a mi chico? ¿Cómo?
¿Cómo podré decir adiós a mi chico?
Mio cuore. Io stoi sofriendo...

Pero tengo que hacer como si nada.
Y así un día tras otro hasta que me acostumbre.
A verte con ella; besándoos en la boca.
Y luego me dices que llevo dos días triste...

¿Cómo he de estar, si no?
Por muy bien que consiga disimular.
Mi sentimiento está ahí, Y ahí permanece.
¿Cómo; cómo podré decir adiós a mi chico?

Así. Adiós, cariño. Sé muy feliz, por favor te lo ruego,
Haz que este sacrificio merezca la pena.
Adiós Ricardo.
Hasta siempre. Adiós.

viernes, 19 de junio de 2020

URBIETA.


Urbieta significa en euzkera entre dos aguas.
Y entre dos aguas voy.
Constante lucha entre padres, hermanos e hijas.
Pero ya me he decantado. Soy.
Amiga de la verdad y la alegría.
De las buenas vibraciones.
Voy avanzando. Tengo muy clara la porfía.
Y pronto unas largas vacaciones.
Con mi sobrina Dácil que me ama.
Más que mis hijas.
Ellas no me quieren; me quieren encerrada.
En un psiquiátrico. ¡Pijas!

Yo devolveré la luz a la mañana.
Con mi luz interior.
Joaquín me ha dicho que despierte sana.
Y mire en derredor.

Yo devolveré la canción a mi boca.
Reseca ya de áridos momentos.
Devolveré el cantar, estrofa por estrofa.
Amor sin filamentos.

Y acunaré a la luna de Shamira.
Nana profunda.
Devolveré la voz, amante, mira.
Ecos de funda.


De funda de algodón en mi almohada.
Thears on my pilow.
De un sensato entender de madrugada.
Muerte en el Nilo.

Por el Nilo baja Moisés en una cesta.
Dama implacable.
Que abandonó al profeta que profesa.
Corazón saludable.

Y heme aquí componiendo estos versos.
Pá que me entiendas.
Y heme aquí, frunciendo el entrecejo.
A mis dos hienas... hijas del cabronazo.

Te he echado el lazo.

martes, 16 de junio de 2020

ACCIDENTE.



Me quiero y me quiero y siempre me querré.
Asustada por la marea.
Bajo a los mares donde recordaré.
Mi última cena.

La mar me engulle intacta, el regulador.
Marca un cero por ciento de oxígeno.
Javier, mi hermano, es el salvador.
Y Pope sube el dedo hacia arriba con tino.

A medio camino sobreviene la luz.
Retengo el aire.
Voy ascendiendo apoyada en tu cruz.
Y al socaire.

Salimos fuera y un grito virginal.
Un gran socorro.
Hacen que el barco nos llegue al final.
Y salvo el morro.

Javier, mil gracias, me has salvado la vida.
Pope allá adentro.
El regulador dice que el aire se me iba.
Cero por ciento.

domingo, 14 de junio de 2020

GARCHO.



De todos ellos Garcho es quien más me inquieta.
Se parece a Curro, el de la Alpujarra.
El jardinero bien bienintencionado, con su motoreta.
Y los brotes siempre metidos en una jarra.
Pero Garcho es mejor todavía.
Es un chico inteligente y su compañía.
Despierta en mí recuerdos de años anteriores.
En los que yo era joven y no necesitaba de procuradores.

Garcho está to loco a sus veintiún años.
Garcho se lee todos mis escritos.
Garcho me admite un trabalenguas.
Delicioso y atrevido en nuestro cumpleaños.

Garcho necesita una abuela marchosa.
Que le entienda y que le cuide sin hacerse la gravosa.
Será mejor que sea un pelín graciosa.
Y que le traiga presto cerveza y gaseosa.

Yo le receto colágeno y magnesio.
Para el golpe que se dió la noche pasada.
Con cúrcuma enriquecido, sin sabor a nada.
Y sin que tenga que ir a mirar el precio.

Garcho me promete que se van a acercar.
Iker me asegura que le va a acompañar.
Fiesta otra vez en esta mi casa.
Fiesta con los jóvenes; ahí es nada.

sábado, 13 de junio de 2020

MIGUELON FUENTE-



Es Miguelón Fuente muy amigo de Javier.
Alejandro tres recrimina a Alejandro uno.
Alberto se sonríe porque sabe que meter.
La pata es condición del Alejandro one.
Mientras Hugo hace preguntas por saber.
Si Iker Alejandro se lo quiere hacer.
Un porrito en mi casa, que no hay morunos.
Son hijos de amigas de Valdebernardo.
Mi casa es su casa. Creo que es lo oportuno.
Yo les dejo hacer, pero yo no fumo.
Me tomo un zumito de limón y miel.
Y le echo dos gotas de esencia lavanda.
Para mi garganta, compañera fiel.
Que se descompone cuando estoy alta.
Jaime me hace ver que me había olvidado.
De nombrarle, siempre tan atento él.
Recojo los penachos y me voy para otro lado.

MARÍA FUENTE.



Es Maria Fuente mi musa inspiradora.
La conocí en la fuente, siempre así.
Hicimos piña; es la reveladora.
De todo mi inconstante sin vivir.

Mando washapp con toda mi amargura.
De mi alma que quiere descansar.
Yo disimulo; no quiero apretura.
Y mi razón resístese a embargar.

Podría ser mi nieta y sin embargo.
Su corazón y el mío, a la par.
Buscan razones para el intercambio.
De sentires y versos; madrugá.

Yo estoy contenta porque tengo amigos.
Los jóvenes me quieren a rabiar.
Yo estoy contenta, porque mi prestigio.
Permanece impoluto; nada más.

Resistiré para seguir viviendo.
Esta vida preciosa y distinguida.
Resistiré; mis penas van al viento.
Y mi alma se torna peregrina.



jueves, 11 de junio de 2020

GANARÉ ESTE JUICIO.



Presión económica. Rendición de cuentas.
Llevar al Juzgado. Buscar abogado.
Todo muy deprisa, porque ya no hay tiempo.
Las horas se pasan sin que te des cuenta.

Buscar abogado. Explicarle todo.
Gestionar apoyos para vista oral.
Miles de llamadas. Poner bien el foco.
Vista extraordinaria de incapacidad.

Hacer un escrito con los asistentes.
Ir a la oficina a pedir extractos.
Extractos bancarios de los siete años.
Desde dos mil trece, hasta el presente.

Salir a la calle. Arreglarme un poco.
Ponerme el vestido que me favorece.
Ducharme prontito. Con el alma roto.
Recobrar estatus que me pertenece.

Amar a mis hijas casi más que a mí.
Amar a mi madre y a toa la familia.
Ganaré este juicio; lo sé. Es así.
Y al fin ganaremos también la alegría.

ROBERTO.



Sólo me falta una toba para acabarme el paquete.
A las siete abre Roberto, el dueño del kiosko.
Me fía el tabaco; es un tío de rechupete.
Mi abuela estaría orgullosa de su apoyo.

Mi abuela tenía un kiosko de periódicos.
En Plaza Virgen Blanca, de Vitoria.
También fiaba a los que, metódicos.
Le iban a pedir, y pagaban folclóricos.

Vitoria es la capital de Euskadi.
Euzkalerría, para más señas.
Allí viven mis primos; los Cortadi.
Y mi prima Pili, misionera.

Y Roberto me fía los paquetes.
Sólo le debo uno; luego le pago.
Porque ya tengo saldo; mequetrefes.
Que creéis que me voy a ahogar en un charco.

Pero yo le agradezco enormemente.
Su fianza, sin casi conocerme.
Lo pasa mal. Porque casi no vende.
En el confinamiento que le embarga.

Al menos yo le doy cuatro cincuenta.
Con un día de retraso, eso sí.
Pero le doy. Para que tenga en cuenta.
Los favores que me hace siempre a mí.

jueves, 4 de junio de 2020

VERDE ESMERALDA.



Balbuceabas algo con tu boca.
Balbuceabas al viento.
Balbuceabas algo, que no es poca.
Canción y sentimiento.

Una nube de lluvia se ha marchado.
Por lontananza.
Una nube de lluvia que ha forjado.
Mi esperanza.

Ya no creo que escampe en mi paraje.
De finas hierbas.
Ya no creo que escampe; aprendizaje.
Inútil verlas.

Volverá el pleno sol señoreando.
En el firmamento.
Volverá el pleno sol; estoy soñando.
Ese momento.

Más no tengo esperanza en que instalarme.
Verde esmeralda.
Más no tengo esperanza, contemplarme.
Sin la guirnalda.

La ilusión que un día tuve se ha esfumado.
Entre bambalinas.
La ilusión que un día tuve, esperanzado.
Sólo son briznas.

ENTRETEJÍ LOS VERSOS.



Bordeábamos el cuarto día de junio.
Entre cursos y sinsabores.
Meditábamos con gemas en el bolso.
Haciéndonos eco de los ruiseñores.

Entre palmas y sinsabores voy a tu encuentro.
Y no me encuentro nada.
Solo frases de amor y desaliento.
Junto a mi almohada.

Entretejí los versos que compuse.
Una mañana triste.
Entretejí, y hasta ayer no pude.
Recrear un chiste.

Positiva, me digo a cada instante.
Que no decaiga.
Ver el cielo, porque voy a pintarte.
La buena meiga.

Brujas del norte, que vigilan gloriosas.
Por mis rincones.
Brujas del norte, que vendrán estruendosas.
A hacer canciones.

Canciones de una noche de verano.
Con su tormento.
Canciones que vendrán de tu mano.
Con su armamento.

No quiero disparar mis arsenales.
No quiero daños.
Sólo el amor, que entre ya a raudales.
P'a mis retoños.

El confín de la hacienda se sumerge.
Entre los riscos.
El confín de la tierra más alegre.
Y más ventisco.


lunes, 1 de junio de 2020

PRISIONERA DE MAR.



Prisionera del mar, hoy me designo.
De los oleajes y las rocas.
De las sirenas y neptunos dignos.
De la miel en tu boca.

Prisionera del mar, hoy estoy cerca.
De tu navío.
Prisionera del mar, haré que crezca.
Tu desvarío.

Sueñas quimeras, antes siempre olvidadas.
Sueñas pensares.
Sueñas amor, al tiempo cobijadas.
En muchos mares.

Religión con que captas la hermosura.
Del ser humano.
Huracán que se amansa en la ternura.
De nuestras manos.

Ven a rogar a Dios, para que frene.
El desatino.
Ven a rogar a Dios, amante tenue.
Y desvalido.

Subirás a la cima, una mañana.
Verdes pinares.
Subirás a la cima con tu hermana.
Los olivares.

Canciones que le canto al mundo entero.
Llenas de versos.
Canciones que al cantar suenan primero.
Algas y helechos.

PLANEARÉ SOBRE EL VALLE.



Tengo propóleo, lo ha regalado Nines.
Esta mañana.
Tengo propóleo, sirve p'a muchos fines.
Nines, mi hermana.

Respiraré mejor con la sustancia.
Miel de la abeja.
Y obtendré la salud en abundancia.
Carmen la vieja.

Nunca es tarde para subir al puente.
De Los Molinos.
Nunca es tarde para entrar en la fuente.
De los destinos.

Planearé sobre el valle, con el mirlo.
Mirlo cantante.
Y compondré una imagen sobre el cirro.
Y en cada instante.




DEJA QUE FLUYAN.



Maltratada y dolida, yo quisiera.
Perdonarle.
Cuento hasta cien; quiero ser la primera.
En olvidarle.

No olvidaré los besos que nos dimos.
Es el pasado.
Ya no le amo, es cierto, pero fuimos.
Monstruos alados.

Ocupa unos pasajes de mi vida.
Estaba cerca.
Nuestros caminos, ahora separados.
Junto a la alberca.

Junto a la alberca, mi niña, están tus flores.
Y pensamientos.
Volaré a emprender nuevos amores.
Y sentimientos.

Tengo 63 y ya confieso.
Me he enamorado.
No seré picaflor, porque no quiero.
Desafiarlos.

Mi amor es para siempre, puro y casto.
Y verdadero.
Mi amor es para siempre, verde y basto.
Como un puchero.

Desandarás caminos transitados.
Sólo un instante.
Y regarás sendero inusitado.
P'a el visitante.

Deja fluir todas tus experiencias.
Deja que fluyan.
Deja fluir, pues ya saben de ciencias.
Donde construyan.

Donde construyan un amor tan grande.
Y tan duradero.
Donde construyan, arena y cal al aire.
Y un son sincero.



domingo, 31 de mayo de 2020

PRINCESA DÁCIL.



El corazón se me sale del pecho.
Pulsiones, movimientos.
Sístole y diástole de un amor preñado.
De sentimientos.

Conoceré a tu hija, tiernamente.
La haré un hueco en mi casa.
Presidiré cantares que vehementes.
Ella incluirá en mi alma.

Dácil feliz. Tu canto me embelesa.
Y me fascina.
Canto de amor. El aire me confiesa.
Que se avecina.

Se avecina, terremoto Dácil.
Dulce tormento.
Se avecina. El quererte es fácil.
Casi al momento.

A  Canarias iremos las dos juntas.
De veraneo.
A tu tierra de amor. Unir las puntas.
Con un te quiero.

Norte, Sur, Este, Oeste, a trompicones.
Iremos todos.
Desgañitándonos; cantando mil canciones.
Por tos los poros.

Buenas vibras; amor hecho jirones.
En Garachico.
Recuerdo de unos padres; ocasiones.
De un mundo chico.

Comeremos sonrisas y ensaladas.
Mojo picón.
Volveremos de la playa remojadas.
Nuestra canción.

Princesa Dácil, estaré esperando.
Ese momento.
Mientras mi corazón ilusionado.
Rebasa versos.

QUIERO QUE SEAS FELIZ.



Mantel y servilletas en la mesa.
Cazuela de cocido en la lumbre.
Platos, cubiertos, vasos, todo quepa.
Para sentarnos; somos muchedumbre.

Mi madre está encantada de tenernos.
Alrededor de su preciosa casa.
Si más, mejor, casi siempre le pasa.
Que pone un corazón de amores tiernos.

Cuánta felicidad aquí respira.
La llama de un amor inusitado.
Cuánta paz; siempre estaré a tu lado.
En la noche de luna que ya expira.

Y en los días que luzca el sol orondo.
Llevaré rosas junto a tu ventana.
Claveles y gladiolos. Cante jondo.
Y perfumes de espumas encantadas.

Quiero que seas feliz a toda costa.
Te quiero sonriente y encantada.
Pues lo demás no importa; que no es nada.
Bordear tu mirada por la borda.


VEN A MI LADO.



El retrato de Adita me espera sonriente.
Dulce amor que se nos ha marchado.
Dulce pasión que emana en cualquier lado.
Y dulce corazón efervescente.

Yo te miro y te tengo muy presente.
No te has marchado. Siempre con nosotros.
Siempre aquí; con la razón y votos.
Y una dulce mirada desde el este.

Corazón que palpita agitado.
Sístole y diástole de mis caricias.
Yo te voy a cuidar pues, a tu lado.
Respiraré el amor que tú codicias.

Tú no quieres riquezas ni fortunas.
Sólo amor con mayúsculas.
Codiciosa de besos y de hambrunas.
Miel y aceitunas.

Ven a mi lado, que al tenerte yo siento.
Ala en los pies.
Ven a mi lado, escucharé a ese viento.
Y volaré.

RESURGIRÁN LAS NUBES. (RASHID).



Andarán en mi pecho atolondrado.
Los diminutos pasos de la aurora.
Es el momento; ahora es el ahora.
En que encontrarnos juntos; a mi lado.

Bastarán unos pasos para verte.
En mi sentir, ya estoy en tu regazo.
Bastarán unos pasos, y tenerte.
Es el anhelo tierno en que me baño.

Conjugaréis el verso poco a poco.
Anidaréis en el lugar de siempre.
Estrecharéis los lazos con simiente.
Y el corazón late; lo desboco.

Prepararé la cena con manteles.
De hilo y ganchillo; bordo corazones.
Del alma surgirán viejas prisiones.
En que ensanchar de gozos y quereres.

Resurgirán las nubes en el cielo.
El sol señoreará por los rincones.
Y mientras, rezo mis oraciones.
Y le presto al amor mi octavo velo.



VEN JUNTO A MÍ.



Si quieres venir a cantar, ven conmigo.
Si quieres dejar de soñar, ven conmigo.
Si quieres un pájaro volar, ven conmigo.
Si quieres una flor tomar, ven conmigo.


Ven conmigo al confín de los valles.
Donde el sol, junto a ti, señorea.
Ven conmigo a navegar los mares.
Trigales y centeno amarillean.

Tratarás de sentir nuevos amores.
Desterrarás los que quedaron lejos.
Acamparás tu tienda bajo el tejo.
Y llenarás mi jardín de hermosas flores.

Cumplida la mañana, cae la tarde.
La noche se aproxima sigilosa.
Enciendo chimenea, donde arde.
La historia de tu amor, fiel y gloriosa.

Cantarán los jilgueros y canarios.
Golondrinas, gorriones, pichis, mirlos.
Variado es el piar, el volar vario.
Y un solo corazón para sentirlos.

Anoche me dormí estremecido.
Soñé que te ibas a otros lugares.
El alma despertó, pues dolorido.
Mi corazón arrastraba iniquidades.

Ven junto a mí, pues que te estoy llamando.
Ven a mi lado, corazón valiente.
A cambio yo te entrego mi simiente.
Y un bello amor, corazón atolondrado.


sábado, 30 de mayo de 2020

CUANDO.



Cuando la mente piensa que te quiere.
Cuando el corazón siente que te ama.
Cuando la sola idea de perderte.
Nos haga despertar una mañana.

Cuando el amor pronuncie sus palabras.
Cuando alegres vayamos hacia el huerto.
Cuando entregue mi llave p'a que abras.
Un corazón que jamás estará muerto.

Cuando el tren viaje por sus raíles.
Cuando el barco navegue por los mares.
Cuando me pierda entre tus seis perfiles.
Y cuando mi congoja te acompañe.

Cuando el mundo gire sobre su órbita.
Cuando el sol amanezca de nuevo.
Cuando la luna, estéril, vaya sórdida.
Cuando pienses que todo ha sido un juego.

Verás despertar los campos de amapolas.
Mirarás los trigales sobre el río.
Fecundarás las mieses, campos, olas.
De huracanes y fríos.


CUANDO AMANECE.



Cuando el cantor no tiene quien le cante.
Cuando el dolor apenas aparece.
Cuando el caminante anda camino alante.
Y en su peregrinar crece.

Cuando despierta el mirlo del letargo.
De una noche de mayo.
Cuando el piar a veces se hace largo.
Y el río claro.

Cuando el halcón recobra ya su presa.
Y vuela en círculos.
Cuando el jilguero siente la sorpresa.
Tras de los cúmulos.

Cuando amanece el día esperanzado.
Y consecuente.
Cuando por fin vayamos de la mano.
Bocas y dientes.

No te puedo aún besar, pues me lo impide.
El Covid 19.
No te puedo besar, pero hay quien pide.
La noche anuente.



PEGASO.



Pues a beber del agua de tu fuente.
Me has invitado.
Yo traigo con sudores de mi frente.
Caballo alado.

Pegaso que recorres otros mundos.
Con tus dos alas blancas.
Ve a buscar a mi amor, soy vagabundo.
Y quisiera estrecharla.

Quisiera estrecharla entre mis brazos.
Pero no puedo.
El Covid me lo impide, yo amenazo.
Y lanzo un ruego.

Un ruego que llegue hasta el Altísimo.
Campos de flores.
Una canción que entono cual barítono.
Cien mil amores.

MI POBRE HATILLO.



Comenzaba apenas la tarde.
El cielo claro. Cielo lacayo.
Las ascuas encendidas, porque arde.
Mi corazón en llama iluminado.

Voy a volver a ver tus ojos tristes.
Y tu sonrisa tenue.
Tus pómulos arengando lacustres.
Tu boca siempre.

Volveré a cantar mis mil canciones.
Para que escuches.
El sonido del mar en sus pulsiones.
Miel y acebuches.

Hoy voy a despertar a la mañana.
De un día cualquiera.
Hoy dejaré mi hogar, porque mi hermana.
Viajar quisiera.

Y montaré en mi carro azul metálico.
Hace poco estrenado.
Iré con ella a visitar el oceánico.
Siempre a mi lado.

Cantaré una canción de madrugada.
Hacia la aurora.
Veré besar al sol, azucarada.
Mi tierra sola.

La aurora al despertar presta su canto.
A los pajarillos.
Mi amor al rebasar. Tesoro y llanto.
Mi pobre hatillo.

Soy pobre, sí, pues dinero no tengo.
Soy vagabundo.
Llevo en el alma el corazón que obtengo.
Viajando por el mundo.

viernes, 29 de mayo de 2020

AL ALBA.



Al alba entonan su canto los pajarillos.
Al alba el cielo despierta a la oscuridad.
El firmamento alumbra un nuevo sino.
Y las noches culminan su inmensidad.

Hacia el alba ya van los jornaleros.
Con su pico y su azada, a terminar.
El trabajo que ayer dejaron prisionero.
Un terruco y un brozal por acabar.

Sempiternos desfilan los peones.
Enganchado a sus cestas, aceituna.
Entonando sus mil y una canciones.
Al amor de los cielos y la luna.




TÍA KELI.



De Andalucía venía.
A ver a su fiel sobrina.
No había prisa, pues corría.
La brisa del mar. La brisa.

Después, ya en Madrid, corría.
A visitarme y a verme.
Voy a tu casa, decía.
Voy ya, porque quiero verte.

Y siempre tan esmerada.
Y siempre tan cariñosa.
Un pan con su mermelada.
Y un café, por toda cosa.

Tía, alegras mis mañanas.
Y las tardes haces cortas.
Tía Keli, sin patrañas.
Presta a luchar con las olas.

Llegará mi barca al puerto.
Velero de treinta nudos.
Sin apenas movimiento.
Y con los brazos desnudos.

Yo engancharé los caballos.
Daré agua a tus jilgueros.
Pues quiero ser el primero.
En contemplarte, gallardo.

Y en esas noches de luna.
En que sobran las estrellas.
Yo seré, no más que una.
La de la mirada bella.

Porque tú te lo mereces.
Porque siempre estás ahí.
Porque das amor con creces.
Y porque te quiero aquí.



A BARLOVENTO.



A barlovento vienen a mí esas olas.
Del océano Atlántico en que me hallo.
Vientos del oeste donde siempre solas.
Nos agitábamos subidas a un caballo.

Cabalgando llegaremos a la costa.
Costa da morte, Galicia levantisca.
Galopando veloz llego a tu boca.
Que beso con ardor; mente de artista.

Ya no pronunciaré jamás tus votos.
Ya temprana termina la mañana.
Voy al lugar donde sólo unos pocos.
Llegamos a quedarnos, cortesana.

Pisaré despacito la hojarasca.
Bordearé la hermosura del paraje.
A barlovento viene mi muchacha.
Que se funde en mí, y con el paisaje.

La muñeira se escucha desde lejos.
Bailes gallegos acordes y asonantes.
La gaita suena, alegres y perplejos.
Los corceles desfilan caminantes.

Ven hacia mí, que te estoy esperando.
Ven pronto. que se acerca la tarde.
Corre rocín, cabalga musitando.
Que ya encendí la leña, y ahora arde.

jueves, 28 de mayo de 2020

A DOS METROS PARA HALLARNOS.



Amor. Motor que mueve el Universo.
Amor filial. Amores.
Te traeré sin dudar ramos de flores.
Y una canción entonada y un verso.

Medirás la distancia en que encontrarme.
Regresarás al alba de mi ausencia.
Susurrarás canciones con behemencia.
Y palparás mis huesos y mi carne.

Dos metros son la distancia inopinada.
Dos metros para hallarnos.
Sanidad muy presente y gestionada.
Con el coronavirus avanzamos.

Cerca de mí te quiero a cada instante.
Tal vez dos metros.
Me pondré la mascarilla y guante.
Sin tí a lo lejos.


PINTARÉ NUBES ROSAS.




Hoy vuelves a mirarme a la cara.
Ya pasó el tiempo del confinamiento.
En tu alma llevas el pensamiento.
De quererme abrazar, junto a la almohada.

Aún no podemos besarnos ni achucharnos.
Aún es pronto para los abrazos.
Reservaré para tí  estos mis brazos.
Le robo tiempo al tiempo para amarnos.

El corazón me dicta una poesía.
Y la razón me acompaña en silencio.
No voy a procurar amor del necio.
Te voy a dar mi amor con alegría.

Comenzaré a cantar una mañana.
Salpicaré de versos este libro.
Ahondaré en silencios el postigo.
Y te perseguiré, cariño, hacia la nada.

Conseguiré para tí un sol redondo.
Pintaré nubes rosas en el cielo.
El monte agudo va a ser el primero.
En primer plano, junto a tí, muy hondo.

Clara será la mañana en tu paraje.
Claros los ríos y las montañas.
Pintaré para tí el más bello paisaje.
Con claroscuros, ciñendo la mañana.


miércoles, 27 de mayo de 2020

COMO LLUEVE EN LAS NOCHES DE VERANO.



Como llueve en las noches de verano.
Hondo y profundo.
Así yo siento por tí un amor lejano.
Temeroso y oscuro.

Como canta el arroyo a su paso.
Por el quebrado.
Así yo canto y alzo luego el vaso.
Ya hemos brindado.

Como vuela el halcón, corriendo hacia su presa.
En cielo abierto.
Así estoy yo, buscando con sorpresa.
Tu pensamiento.

Como huele la rosa en los rosales.
Fragancia eterna.
Así yo, despejando las verdades.
De tu esencia.




CUÉNTAME UN CUENTO.



Bajas corriendo la cuesta del calvario.
Rubia y pequeña.
Has cogido tu ropa del armario.
Sólo una prenda.

Vas volando como las mariposas.
De mil colores.
Vas volando; dices que son hermosas.
Libando flores.

Cuéntame un cuento; te estaré esperando.
De mil amores.
Fantasía de hadas; en mi alma sumando.
Tiempos mejores.




BEBEREMOS DEL AGUA. (RASHID)



Y una alondra al volar, tuerce hacia el cielo.
En que alegres cantan los estorninos.
Camachitos y halcones peregrinos.
Y un dulce caminar. Todo un te quiero.

El amor aparece en el recodo.
De mi vida que entiendo marinera.
El mar bravío enciende la primera.
Llama con que apostarse desde el lodo.

Nunca pensé que hubiera otro momento.
Para asirme a tu brazo, encaramado.
Por amor quise ser siempre tu amado.
Y por querer emprendo el movimiento.

El sol radiante señorea ya en el cielo.
Los cirros se apartan y diluyen.
No digáis que no están, porque no huyen.
De un paisaje sereno y pendenciero.

Descorreré los velos, terciopelos.
En que la oscuridad tiñe tu estancia.
Llegarán otros aires de abundancia.
Y otros mares de amor, y otros consuelos.

Yo quiero darte, niña, mis anhelos.
De unión desmesurada y de presente.
Beberemos del agua de la fuente.
En que un día se perdió un te quiero.

Juntas caminaremos hacia el puente.
Que separa tu tierra de la mía.
Fronteras no; mi corazón un día.
Perfilará quereres de poniente.

PROMETO.


Prometo no caer en lugares comunes.
Prometo no hurgar más en la herida.
Prometo no ganarte la partida.
Y prometo no ahondar en tus albures.

Porque lo que tengo ahora es importante.
Quisiera conservarlo para siempre.
Porque juntas pusimos la simiente.
Verso desnudo que se halla en el estante.

No voy a precipitarme, no ahora.
Que me pides paciencia y acomodo.
No voy a relajarme; de qué modo.
Estoy para adorarte en esta hora.

Con espontaneidad te pido en este instante.
Que manejes mi vieja caravana.
Para estar junto a tí, tal vez mañana.
Corazón que anhela el visitarte.

Necesito que expreses un te quiero.
Todavía no es tiempo de abrazos.
Pero unidas tendremos en los brazos.
Amor enfebrecido y marinero.

Desperté de un mal sueño una mañana.
Dulce como la miel. Mi alma sabe.
Y confiesa un albor que en cada instante.
Se pronuncia y se besa en la maraña.

Y así viene a decir, gracias cariño.
Gracias por dibujarme una sonrisa.
Golondrinas anidan en cornisa.
Y vuelan acechantes y con tino

martes, 26 de mayo de 2020

Carmen Urbieta Pérez de Nanclares-Escritora Madrileña SUBIDO (VPRE) VI...

CASTELLANO.




Ya veo el alba clarear.
Se apagaron las luces del suburbio.
El rocío dispuesto a pertrechar.
La escarcha que despierta a este mundo.

Soy cantante, mis coplas se dibujan.
Entre los entresijos de mi alma.
Soy cantante, el misterio ya alcanza.
Los amores que, viejos, se acumulan.

Y como amaneciendo ya en mi boca.
Las palabras sonantes que desvelo.
Un cierto corazón de terciopelo.
Y un te quiero en el aire, que te invoca.

Castellano que acudes a mi canto.
Ebrio de emociones.
A mi vera, cantando mis canciones.
Noches de mayo.

Sereno y firme son tus atributos.
Castellano de campos.
Siembra tus hortalizas a los lados.
Del camino que ocultan los arbustos.

Y pues ancho el respeto y la arrogancia.
Acompasado el paso.
Que te vas a beber hoy otro vaso.
Del rico néctar de tu elegancia.




AL ALBA FESTEJAR.



Bajaba el río grande en catarata.
El salmón ascendía contra corriente.
La trucha ya acechaba por poniente.
La lumbre preparada.

El jilguero trinaba allí en su rama.
El verdejo  asentado ya en la copa.
Los amores ligados, que no es poca.
La manera en que ahuyentas tu mañana.

Visitabas allá al sepulturero.
Invitabas a vino y a fritanga.
Sardinillas al fuego, la comanda.
Que pediste obsequiar al mundo entero.

Los espetos ya brillan en la brasa.
Cazuela de coquinas aliñadas.
Platillo de chopitos y añadas.
De uva joven, mantel en Nicolasa.

Y a la tarde, paseo por la bahía.
A contemplar la puesta desde el mar.
Ven corriendo, no quiero yo asustar.
Al doncel que a mí me da la vida.

Canta gallardo, la noche se aproxima.
Y con ella, vamos a recogernos.
Mañana será el día en que veremos.
Al alba festejar la luz del día.



lunes, 25 de mayo de 2020

Carmen Urbieta, autora de Caligrama

RELOJ DE ARENA.



Quería entonar por ríos, mares y montañas.
Cantos alegres, jotas, bulerías.
Quiero que todos sepan que yo, esta mañana.
Destilo por mis poros inmensas alegrías.

Ya estamos todas como yo quería.
Reunión al fin tan esperada.
Nueve personas; tres en esmerada...
Mis dos hijas y yo; sin más porfía.

Los demás son mis yernos y mis nietos.
También con todas nosotras reunidos.
Ágape de carnes rojas, barbacoa, han traído.
Banderillas picantes y anchoas de primero.

Miro a mi alrededor y veo contentos.
A todos los comensales.
Me miro en mi interior, y no lamento.
Los lentos preliminares.

Lo que deseas ardientemente.
A veces se hace de rogar.
Pero es bonito entregar.
El tiempo, que dulcemente.
Se añora en el hogar.

Y entonces de nada sirven.
Los relojes ni las horas.
Estás ahí; donde quisiste.
Y con quien quieres: Ahora.

LLEGA EL TREN.



Ayer me reconcomía la desesperanza.
Estaba inquieta por ver qué sucedía.
Pero el tiempo ha pasado muy aprisa.
Y ya el verles me llena de esperanza.

Voy a ponerme el vestido con el que estoy más guapa.
El vestido que más me favorece.
Es de tonos color marrón y verde.
Y algún que otro morado, difuso, en la solapa.

Va a encontrarse conmigo desde hace seis años.
Estoy tranquila, pero en la tripa algo revolotea.
Mariposa de colores hermosos, vas a ser la primera.
En divisar a mi hija y su familia, por esos campos.

Ya llega el tren a la estación de Collado.
Collado Mediano, se llama realmente,
Ellos están esperando dulcemente.
A que en el andén, el convoy se haya parado.

Ya frena el maquinista la maquinaria.
Ya el tren se ha parado en el andén.
Descienden pasajeros; trasiego y vaivén.
Y la última en bajar yo; estrasfalaria.

Estrafalaria porque junto al vestido claro.
He debido ponerme un jersey grueso.
Calcetines de lana y gorra color hueso.
Y es que en la sierra hace mucho frío, hermano.

Pero ellos en mí se han fijado.
Sin acusar mi porte y desaliño.
Eso me gusta de ellos; su gran tino.
En hacerte creer que es todo inmaculado.

Y así pasamos un día extraordinario.
Y les ayudo a preparar la comida,
Algún que otro truquito, de salida.
Que ellos celebran siempre de ordinario.

Cuántas ganas tenía de estrujaros.
Y de conocer a Jorge, mi nietito.
Es un ángel; todavía muy chiquitito.
Y muy despierto; nos tiene embrujados.


COVID 19.


A veces se me acaba la paciencia.
Y me dan ganas de mandar todo al garete.
Porque realmente, la situación promete:
Todo el coronavirus y su ciencia.

Es posible que aún sepamos poco.
Sobre el comportamiento de este virus.
Pero las pautas de salud son necesarias.
Para luchar contra él, y ver el foco.

El foco en que se expande, y en que avanza.
Debemos conocerlo y concretarlo.
Nos va la vida en ello; importante atajarlo.
Y frenar ese ritmo de expansión y de chanza.


IMPACIENCIA.



Es de noche aún, y ya estoy levantada.
Yo no puedo dormir sin tu presencia.
Dices que un mes aún, pacientes y en ausencia.
Pues el coronavirus acecha y gana la batalla.

Dices que no has quedado con familia ni amigos.
Dices que esperarás a que todo esto pase.
Dices que soy persona de riesgo, y es probable.
Que cuando llegue julio se andarán los caminos.

La fase 3 será la más certera.
Para realizar visitas atrasadas.
A tí yo quiero verte la primera.
Y a tu hijo Jorge y a sus risotadas .

Pero se me va a hacer largo de aquí a julio.
No soy paciente cuando algo pretendo.
Ya sé; vas a decir: mamá comprendo.
Que tengas muchas ganas, pero súbito.

Súbito puede empeorar la situación.
Súbito puede que llegue un retroceso.
Eso sería peor. No;  pues un suceso...
Así, puede tirar por tierra nuestra acción.

Y son ya muchos meses trabajando.
Porque el virus no llegue a nuestra puerta.
No hay que precipitarse; pues despierta.
La atención necesita un buen descanso.

Mamá -me dices-, es que es preferible.
Que aguardemos un poco para vernos.
Yo también tengo ganas de tenernos.
En abrazo infinito, incombustible.

domingo, 24 de mayo de 2020

CUANDO LA TORMENTA PASA.



Durante la tarde se echaban las nubes.
Nimbos, cirros, estratos, campean por el cielo.
Habrá que ir a buscar el lugar donde te cubres.
De la fina lluvia que te moja el pelo.

Cuando la tormenta pasa por tu vida.
Cuando el rayo impaciente relampaguea.
Cuando el llanto de un ángel regrese y pida.
La ilusión de tenerte junto a mi hoguera.

Calentitos los dos, afuera llueve.
Tortitas de limón, buen apetito.
En la lumbre, tranquila, la llama arde.
Naranja y rojo prenden; es exquisito.

Exquisito es tenerte aquí en mis brazos.
Exquisito es amarte como aquel día.
Vienes a acompañarme; a unir los lazos.
Que un día nos trenzamos; Ave María.


CANCIÓN GITANA.



Desfilaba por sus ojos una lágrima.
Quería caer.
Resbalaba por su tez en añoranza.
De otro querer.

Ya no silban los mirlos en el valle.
Ya no volverán más.
Ya no vuelan gorriones en la calle.
Ya no volverán.

Difuso el beso, aún brilla en su frente.
Caricia al fin.
Difuso corazón que busca enfrente.
Tanto confín.

Y con el corazón enamorado.
Y con el resplandor.
Vendrá la noche, que nos ha enseñado.
Su sinsabor.

Canción gitana que retumba al viento.
Cantar y taconeos.
Presagio de un momento ceniciento.
Y sus anhelos.


APICULTOR.



Admito que soy una romántica,
Una romántica empedernida.
Arcos de piedra y bóveda románica.
Planta de cruz, al este, enfebrecida.

Ni siquiera van a volar las aves.
En sus nidos, el piar ensimismado.
Cuatro crías en primavera han dado.
Las alondras hambrientas y los mares.

Condición del gorrión que desde el cielo.
Vuela a perderse por entre la espesura.
Crisálidas que emergen con gran miedo.
Al ver acorralada su bravura.

Mariposas de satín revolotean.
En el bog, que, consciente se entrelaza.
Mariposas de amor espolvorean.
Su simiente amarilla, rubia y plana.

Las abejas ya liban a sus anchas.
En la flor, cuatro abejas se han posado.
Miel harán, que ya habremos probado.
Con la recolección y las andanzas.

Apicultor con velo y overol pertrechado.
Guantes de caucho y botas.
Ve a la colmena que la abejas han libado.
Miel de flores en gotas.





ANTONIO EL LABRADOR.




Sí. Debo decirlo; soy muy romántica.
Una enamorada de la vida.
Vida que emprende el camino y, estática.
Regresa al corazón de ambrosía.

Debo expresarme en odas tricolores.
Multicolores retazos de presencias.
Debo anidar en mi alma las flores.
Con que sembrar mañana tus ausencias.

También puedo declararme en rebeldía.
Y confinarme en el huerto una mañana.
O ir a verte a tu cortijo, un día.
En que amanezcas sólo y con legañas.

Yo traeré jarros de agua p'a que bebas.
Yo te haré chuletones en las brasas.
Yo calcinaré el tiempo donde debas.
Aprovechar tremenda la mañana.

Agua de manantial que te he cogido.
En el monte alejado de tu sierra,
Vinillo de jerez te he prometido.
Anchoas en vinagre y hierbabuena.

No me resistiré a besar tu boca.
Dulce y sabrosa como el primer día.
Comeré de tus labios, porque poca.
Es la razón que encuentro; alevosía.

Con alevosa calma yo te beso.
Y deseo que estés siempre a mi lado.
Corazón generoso que profeso.
Un amor intachable; inmaculado.

Cabizbaja desciendo la montaña.
Pitres se queda arriba, sobre el llano.
Vamos presto a entrelazar las manos.
Desear amante eterna; dulce y llana.

Y por la noche vuelvo a mi cobijo.
Me despido de tí hasta otro día.
En que venga a visitarnos la armonía.
Nuestro nido de amor es tu cortijo.

sábado, 23 de mayo de 2020

ONDEARÁN LAS BANDERAS.



Ondearán las banderas victoriosas.
Roja y gualda te guía por la frente.
Roja entera con pentagrama verde.
Estrella salomónica, gloriosa.

Rashid se ha levantado de la cama.
El ramadán termina con la luna.
Tez morena, regada de aceituna.
Fatima bella, saluda a su hermana.

El fin del ramadán se acerca incauto.
La fiesta se respira por doquier.
Corderos en tajid, saben a aplauso.
Y un ancho mar donde bañarse ayer.

Danza del vientre, con bellos arabescos.
Barbaris anudados y convexos.
Guedra tradicional, en pies alados.
Bailes muy populares y sagrados.

Con tu jardín he soñado esta noche.
Las mil y una, Hazar afsana persa.
Correré laberintos con el coche.
Dejaré de soñar; mente perversa.

Rosales de colores en terrados.
Injertos que se cubren ya de tierra.
Azahares y jazmines sonrosados.
Petunias y claveles, dulces perlas.


ZORZIKOS.



Rueda la rueca.
Con treinta hilos.
Va satisfecha.
Sin entresijos.

El jazmín cuelga de la rama verde.
El azahar se despierta en la mañana.
Son las seis, y debo de tenerte.
Junto a mi cama.

Cantores andaluces que profesan.
En cánticos, sus sueños son dorados.
No me mires el alma, desalmado.
Que pronto llegarán, siempre se besan.

Confines de otros cielos habitados.
Por nuestros muertos, inconmensurables.
Voy a habitar el universo alado.
Para verte un día más; es saludable.

Saludable es tenerte entre mis brazos.
Cantar zorzikos de la tierra mía.
Y esculpir una nota de agonía.
Donde no puede haber luchas ni lazos.

,


viernes, 22 de mayo de 2020

RAMADÁN.



Rajita de melón, luna menguante.
En noche cierta.
Estrellas que acompasan mi talante.
Aquí en mi huerta.

Ramadán que termina y se define.
Fiesta en marruecos.
Fin de la fiesta. Empieza en los confines.
Baile con zuecos.

Podrán reunirse en torno de la mesa.
Los mis hermanos.
Podrán reunirse en torno de una mesa.
Juntas las manos.

Pedirán por su alma aventurera.
Y por sus hijos.
Rezará el almohazín en la rivera.
Vertiente y pinos.

Ya se van cabalgando en la mañana.
Caballo árabe.
Ya corren por el bosque, emboscada.
Espera el ágape.



SERGIA.



Salías de mañana a estrenar el día.
El aspersor regaba las plantas del jardín.
Preparabas un zumo en la cocina.
Para desayunar sano; ése era el fin.

Sergia te llamas, Sergita la bella.
Dulce canción.
Con ella miraremos las estrellas.
En comunión.

Y una alondra volando viene a verte.
Con su dulce trinar.
Y en su vuelo no quiere perderte.
Sensible al caminar.

Golondrinas anidan en cornisas.
De mi ventana.
Y los mirlos de pico anaranjado.
Llenan mi cama.

Ven a verme que tengo preparados.
Arroces y legumbres.
Ven a verme, corazón deshuesado.
Guisos en lumbres.

Bendito sea el día en que llegaste.
A tocar mi puerta.
Y bendita seas tú, mi fiel baluarte.
Flor de mi huerta.


LUNA LLENA.



Yo ya he pintado mi corazón verde.
Por los servicios sanitarios.
Esmeraldas que acuden para verte.
Como al lobo estepario.

Mi corazón te acecha ensimismado.
Y la razón potente.
Pintará mil razones bajo el puente.
De la mente, recordando el pasado.

Altivos montes por los que he hollado.
Cimas ignotas y desconocidas.
Al viento van, descendiendo agradecidas.
Hacia el confín del valle, nunca hallado.

Risas de querubines atrevidos.
Alas revolotean a lo lejos.
Cascadas que descienden, aguerridos.
Al manantial doliente de mi tejo.

Juegos de niños en que presuroso.
Vienes a disfrutar.
Al pilla, pilla, en que venturoso.
Sales del olivar.

La luz se esconde por entre mis campos.
Luna de mayo.
La luz resuelta volverá a sentir.
Fragancias mil.

Esencias de un amor inacabable.
Verde aceituna.
Esencias de un amor inabarcable.
Es mi fortuna.

Mi fortuna es tenerte entre mis brazos.
Fortuna inmensa.
Mi fortuna es atarte con mil lazos.
De luna llena.



BALUARTE.



Ocho siglos bastaron para amarte.
Y otros ocho impusieron por quererte.
Califas andaluces, el baluarte.
De tierras por que paso para verte.

La medina dormida me estremece.
La muralla rojiza me impresiona.
Musulmanes de fe, en donde crece.
La salvación eterna que presiona.

Voy a cantar contigo mil canciones.
Iré a los baños a asearme en la mañana.
Me vestiré con ropas verde y  grana.
Y me pondré el velo para las ocasiones.

Altiva, buscaré quién me entretenga.
En horas en que esté quizás ociosa.
No me gusta que me tomen por mentirosa.
Cuando mi corazón aún no está en venta.

Sencillas son las cosas que te pido.
Sencillo el trino de la mañana.
Pajarillo cantor, ¿a dónde has ido?
¿Has volado a reunirte con mi hermana?

Y el ave ya contesta estremecido.
Con sus trinos silentes y apocados.
Un arrebato inunda el cielo claro.
Silbidos en la rama, bien mecidos.

El aire se pronuncia formalmente.
La brisa estalla.
El silencio se acopla con tu mente.
El mundo calla.



LLUVIA DE ESTRELLAS.



Hoy quiero confesarte, aquí cerquita.
Que te amo, quizás con toda el alma.
Hoy quiero preguntar a la mañana.
Si te ha visto pasar por la mezquita.

Muchacha de ojos tristes, pintureros.
Al río vas, a coger agua de fuente.
Y yo quiero quererte, porque siempre.
Me engañas al sentir que son sinceros.

Tus ojos esmeralda, brillan tenues.
Tus labios carmesí, rojos distantes.
Tu ritmo al caminar, siempre constante.
Tus facciones recuerdan a los reyes.

Elegante y cordial, tiendes la mano.
Y esperas apurada el primer beso.
Elegante y cordial, junto a tu hermano.
Entre algodones, restando todo el peso.

Khadija le pusieron sus ancestros.
Risas de miel dulces y exquisitas.
Ven conmigo a cantar, que ya estoy presto.
Presto para adorarte, mar de olivas.

Y Rashid se acurruca, atolondrado.
En su jergón de lana de oveja.
Dulce espera, la noche tendrá queja.
Del lento caminar acompasado.

Lluvia de estrellas, la noche ya cercana.
Vendrá a tu olivo a recoger las sombras.
Yo te quiero querer, porque me nombras.
Y porque altiva esperas un mañana.

jueves, 21 de mayo de 2020

TUNA.



Olmos verdes. Verdes álamos.
Castaños y bananos.
Jardín convexo de frutos amarillos.
Ocres los trigos.

El sol avanza. Fines de mayo.
La sombra retrocede.
El sol avanza. Tomaré tu tallo.
La sombra cede.

Ven a cantar la canción de la cuna.
La nana ingenua.
Ven a cantar. Yo llamaré a la tuna.
Más primigenia.

Entonando el clavelitos han pasado.
Por tu balcón.
Y con ritmo y pandereta han sonado.
Cantos de flor.

La tuna estudiantil ya se retira.
Cintas en capa.
Y se van, dibujando una sonrisa.
A quien los halla.

Hallaréis en la frente, disecado.
Un corazón.
Serpenteará un te quiero anonadado.
De perdición.





VEN A MI VERA.



Pie descalzo. Por la amplia playa.
Bikini estampado.
Va recogiendo conchas y piedritas.
En su rincón soñado.

Dácil me invita a pasar los veranos.
Las dos juntitas.
Juntas iremos; iremos de la mano.
A su tierrita.

Canarias es el destino deseado.
Allá en las playas.
Garachico el lugar que frecuentamos.
¡Nunca te vayas!

Llenaré mi maleta de recuerdos.
Y de nostalgias.
Y pasearé mi estampa, aventurero.
Mi vida, gracias.

Una piedra ha encontrado, y me regala.
Forma de corazón.
Te traerá suerte, dice, mientras me abraza.
Con compasión.

Y en las tardes, paseos por la bahía.
Isla Manrique.
El Atlántico crece por la cornisa.
Del muelle a pique.

Dacilona, tu amor me ha llegado.
Muy hacia dentro.
Dacilona, contigo he besado.
Las olas, presto.

Ven a mi vera, que yo quiero encontrarte.
Mi fiel sobrina.
Ven a mi vera, que voy a emborracharme.
Con tu voz fina.

SAUDADE.



Cantan los mirlos desde la espesura.
De mi jardín.
La urraca vuela, prestará hermosura.
De vuelos mil.

Vuela el gorrión en busca de unas migas.
Que yo le ofrezco.
Vuela paloma, seremos amigas.
Te compadezco.

Jirones del vestido frecuentado.
De una y mil puestas.
Tesoros que en mi palma se han quedado.
En noches bellas.

Jilgueros, gurripatos y alondras.
Al despertar.
Secuencias de un espacio donde ahondas.
Este cantar.

La vega enmudecida por el alba.
Trinos sinceros.
La vega que despierta toda el alma.
Cantar postrero.

Y correré a tu lecho a despertarte.
Lecho nupcial.
Prenderé el corazón para besarte.
Hondo y cordial.

El rocío en la flor se ha posado.
Escarcha fría.
El sol llega del este, atolondrado.
Saudade mía.



MAMÁ.



Campos de tulipanes y amapolas.
Cantos de sirena.
Mamá en el centro, regando a solas.
Es la primera.

Primera en descorrer mantas y colchas.
Y echarse al suelo.
Primera en advertir que las alondras.
Alzan su vuelo.

Mamá tiene un cantar ensimismado.
Canción del norte.
Zorziko en que te hayas desatado.
Veinte reproches.

Y riega que te riega, el horizonte.
Se vuelve azul.
Y riega que te riega, vas por donde.
Llegaste tú.

Canta el mirlo, el día amanece.
Albas de mayo.
Que te quiero querer, pues lo mereces.
Tormenta y rayo.

Mamá, ven a buscarme, que me pierdo.
Por tus parajes.
Vendré con mi guitarra, que ya siento.
Lindos paisajes.

Y volveré a quererte en la mañana.
Y volveré a decirte que te amo.
Y volveré a cantar de madrugada.
Y volveré a buscarte, pues te extraño.

miércoles, 20 de mayo de 2020

VOLVERÁN LOS VERANOS.



Dardos envenenados, dardos rojos.
Se clavan en la diana circular.
Para jugar, debes tener los ojos.
Prestos a concretar.

Visión marina, tiburón, delfín.
La mar hermosa, azul y peligrosa.
Sirenas cantarán su canto al fin.
Mientras el baño surge en la Malvarrosa.

Volverán los veranos y sus duchas.
Volverán  ya las risas y los juegos.
Vuelve el calor, voy a ser el primero.
En llevar la maleta hasta tu choza.

Al alba cantarán los ruiseñores.
Y al caer la tarde, los estorninos.
Ven hacia acá, que vienen los señores.
A pasar el verano con los niños.

CANTAR DEL RIACHUELO.



Caminábamos con pasos decididos.
Cansados ya de cuestas y vertientes.
Andábamos, tratando de pasar inadvertidos.
Hacia el nogal, en que se suaviza la pendiente.

Completábamos la marcha inusitada.
Descendíamos por rampas pronunciadas.
Cantos de aves, alba, amor en ciernes.
Cantar del riachuelo en la vertiente.

Y yo, enamorado de la vida.
Vengo hasta tí, mujer acalorada.
Traigo un presente, que mi alma pida.
Pida por tí, valiente consumada.

Nines, yo soy tu fiel compañero.
Que alocado viene a verte.
Nines, yo voy a traerte, mañanero.
La ilusión de mi vida al conocerte.


PRIMAVERA.



Buenos días, dijo la pastora.
Que sean muy buenos.
Buenos días, contestó la señora.
Desde su huerto.

Van a pasar las bellas golondrinas.
Vuelo rasante.
Volverán a tu hogar, arrepentidas.
Vuelos de antes.

Y planearán calondras agitadas.
Redondos círculos.
Darán fin al cielo, emborrachadas.
Tranquilos vínculos.

Jilgueros, ruiseñores y estorninos.
Van a tu vera.
Azul celeste, que entra en tus dominios.
La primavera.

MIS REDES.


Orgullosa de tí, mi dulce niña.
Contenta de que hayamos descansado.
De vendimiar, parece que la viña.
Ha otorgado la paz; campo labrado.

Ya llevamos las uvas venturosas.
Hasta el barril en que será estrujado.
Vendimia en los barricas, que dichosas.
Fermentarán el vino condensado.

Orgullosa de tí, mi dulce niña.
Hijas maravillosas.
Cada una de vosotras necesita.
Sentir de mí mis cosas.

Se acabó el tiempo en que nos peleábamos.
Por cosas nimias.
Llegó la primavera a nuestras vidas.
Tan dulce; vamos.

Vamos a pelear por nuestra unión.
Tan densa y fuerte.
Vamos a festejarlo con canción.
De amor y muerte.

Porque ahora sí; aunque venga la parca.
No desatará el lazo.
Del destino, que en cielo y tierra abarca.
Un pobre corazón, deshilachado.

Pero remendaré con hilos de colores.
Todos los huecos.
Como las redes zurcidas, pescadores.
Cosen los viejos.

Y mis redes saldrán  a pescar.
Una y mil veces.
Porque te quiero y voy a entonar.
Cantos y peces.

Canción nostálgica que cantas desde el barco.
Bailes y cantos.
Zorzikos y muñeiras distraerán tu paso.
El mundo es ancho.

Sevillanas, sardanas, jotas de mi lugar.
Dulces sonidos.
En toda España se festeja el caminar.
Con los amigos.








YA NO PUEDEN CLAVARSE LAS ESPINAS.



Ramo de rosas blancas, sin espinas.
Ya no pueden clavarse; ya ha pasado.
El tiempo oscuro en que se hundían.
Hasta el fondo de mi corazón ajado.

Ella ha venido con la mejor de sus sonrisas.
Me traía un ramo blanco, inmaculado.
Con mucho amor me ha ofrecido las risas.
Brisas de aire gentil, de mayo, serenado.

Ya no pueden clavarse las espinas.
Porque una a una, las dos hemos quitado.
Del tallo verde, las más atrevidas.
Ahora sólo queda amor emborrachado.

Esencias y perfumes; blancas rosas.
Adornan la estancia  en que me encuentro.
Dulce mañana, tibia y amorosa.
Dulce mañana para hurgar por dentro.

Y sentir que te quiero más que a nadie.
En plurales voces de mi pensamiento.
Y pensar que el amor entra a raudales.
Y sentir que eres todo lo que siento.

martes, 19 de mayo de 2020

CARICIAS.



Voy a caer desde el firmamento.
No sé volar.
Voy a caer, aunque sólo un momento.
Hasta tu hogar.

Caricias que asemejan terciopelos.
Y satinados.
Baile nupcial, correrán siete velos.
Muy delicados.

Y volará la alondra hasta tu techo.
De tejas verdes.
Recorrerá tu cielo con un verso.
De hojas perennes.

LOCURA.



Locura en la que entrabas esperpéntico.
Como El Quijote y su fiel Sancho.
El corazón en un jardín mesiánico.
Late de amor, por lo largo y ancho.

A lo largo de tí fui a traer, prosaico.
Jazmín y pétalos.
Lo ancho constituye el mosaico.
De la flor y sus sépalos.

Locura al fin, con sus rimas chirriantes.
Locura tierna.
Baja del pedestal; imagen acuciante.
De cosas bellas.

El cantar de la Mancha y sus ancestros.
Canción preciosa.
No morirán; voy a correr al centro.
De linda prosa.

Dulcinea es su nombre, del Toboso.
La imaginaba.
El amor a uno vuelve más grandioso.
Serpenteaba.

Torcía el esqueleto jubiloso.
Con Rocinante.
Cabalgadura tenue; veleidoso.
Su fiel amante.

Los Molinos de viento se acercaban.
Por los sembrados.
Sancho y Quijote, al punto atesoraban.
Premios comprados.

En barrica de vino lo enterraron.
Con gran tesón.
Al caballero andante festejaron.
De corazón.

RAMA DE NIDO.



Azul. Cielo azul.
Azul. Azul mar.
Y aquí sólo tú.
Prisionera de mi alma. Ya.

Vuelve a buscar en su pico la alondra.
Rama de nido.
Calandrias elegantes que planeáis ahora.
Sobre mi nicho.

Verdes montañas. Verde olivo. Verde.
Verde esperanza.
Verde colina. Verde suelo. Verde.
Verde templanza.

Marchito el corazón con sus quereres.
Ramo de rosas.
Esperpéntico actor, que con mujeres.
Teje la prosa.

Y le van a seguir por las terradas.
Huerto silvestre.
Y le van a seguir, pues enterradas.
Guardan simiente.

MARCOS PERAZA.



Marcos Peraza nació.
En Canarias; buena tierra.
Y por sus playas buscó.
La alegría de la huerta.

Santa Cruz de Tenerife.
Paraje de Los Cristianos.
La Alhambra, el Generalife.
Se van dando de la mano.

Hibiscus y primavera.
Cante jondo e ilusión.
Acércate aquí a mi vera.
Yo te doy mi corazón.

Marcos Peraza ya ha muerto.
Pero vivo está en mi alma.
Contigo flores del huerto.
Y canción en la mañana.

Risotadas estruendosas.
Olor a jazmín y a hierba.
Mariposas deseosas.
De volar hacia tu pierna.

Islas Canarias, por fin.
La Virgen de Candelaria.
No sé qué tienen que en mí.
Busca sombra la araucaria.

Icod de los Vinos es.
Con su drago milenario.
El que me ha hecho entender.
Tu corazón estepario.

VOY TEJIENDO.



Bajo el albornoz la piel.
Y bajo la piel el alma.
Iré a buscar al doncel.
Que hace que pierda la calma.

Muñequita presurosa.
Que a mi portal has venido.
No sufras, que el alma rosa.
En tu jardín ha crecido.

Corazones de algodón.
Jazmines de mil olores.
Id a buscar, con su son.
Los trescientos mil colores.

En paleta de pintor.
Voy tejiendo un nuevo cuadro.
Te ruego a tí, mi Señor.
Que me otorgues un harapo.

Con que recubrir mi piel.
Dorada por los diez soles.
Que yo te seré muy fiel.
Y franca seré en amores.

Otros quisieran tener.
Un trapo con que cubrirse.
Es mayo; mediaos de mes.
El calor llega y embiste.

TRES CUÑADOS.



Bordados en paño de panamá.
Blancos, rosas, azules y morados.
El bastidor desafía a la aurora.
Verdes los prados.

Cosiendo está Almudena sus costuras.
Con finos hilos.
Amapolas de campo que, hermosuras.
Cantan sin tino.

Marisa va componiendo los versos.
Y las historias.
En su mente, un doncel dará dos besos.
A la amapola.

Y Pope que se entrega presuroso.
Hacia la cima.
El pico aquel donde asciende, curioso.
Con su vecina.

Tres cuñados me tienen exaltados.
Mis pensamientos.
Tres cuñados, un premio avalanzado.
De sentimientos.



lunes, 18 de mayo de 2020

SEVILLA SINGULAR.



Decibelios de música, anagrama.
Tocadiscos de vinilo impertinente.
Bailan las notas sobre el pentagrama.
Tacón gitano y castañuela, simplemente.

Fandangos en cuatro pasos constreñidos.
Sevillanas suaves, que al oír, mañana.
Despachan taconeos y volantes, revividos.
En elíptica espiral urbana.

Cuánto trabajo impone al costalero.
Llevar al Cristo de la Buena Muerte.
Con fajín y bodoque, costurero.
Llegarás a la iglesia, ¡mucha suerte!

Triana despierta al son de la Macarena.
La Giralda nos toca su campana.
El Callejón del Aire, con olor a azucena.
Y un bouquet de jazmín en la mañana.

Sevilla singular, Guadalquivir.
El río grande que pasa por mi tierra.
En mayo comenzarán a revivir.
Geranios, gitanillas, en muros de piedra .




SÍSTOLE Y DIÁSTOLE.



Gracias.
Agradezco al día este momento.
En que he podido verte.
Y alcanzar tu movimiento.

Sencillo y suave, acompasado.
Etéreo y celestial, enamorado.
Sístole en corazón precipitado.
Diástole de razones inundado.

Tu corazón me impulsa a olvidar.
Y la razón me fuerza a razonar.
Tremenda bulla, inhóspita, decidiré.
El margen en que yo pueda volverte a ver.

Capellanes se acercan a dar tierra.
Pájaro en rama.
Las cenizas debajo de la piedra.
Del Alto Guadarrama.

Y es allí donde yo quiero encontrarte.
Cuando me aleje.
Es allí donde yo quiero estrecharte.
Mi rueca teje.

Te llenaré de besos tu carita.
Marrón y beige.
Te llenaré de amor, hermana Adita.
Canción que véis.

Clarea la mañana pinturera.
El sol avanza.
Viene la brisa a rozarte la primera.
Con tanta chanza.



domingo, 17 de mayo de 2020

POR SUGERIR LA IDEA.



Por sugerir la idea me has forzado.
A acompañarte.
Vientos de piedra y hielo me han dejado.
Cual botarate.

Cantos ajenos de tierras inhóspitas.
No acostumbrados.
Cantos que vienen desde otras órbitas.
Un mundo raro.

Petunias, pensamientos y claveles.
Alfombran tu paso.
Gitanillas, rosales, buganvillas.
Reposan en vaso.

Voy a plantar las flores de verano.
En seis macetas.
Coloridas, translúcidas, hermano.
Ven a por ellas.

Ven hasta aquí, que te estoy esperando.
Tras esta esquina.
Ven hacia mí, que te estoy aguardando.
Escarlatina.

Sube hacia el cielo, globo azul, escala.
Los siete pisos.
Sube hacia el cielo, emoción que embarga.
Tiempos remisos.

RECORRÍAS LA ACERA.



Recorrías la acera con tu tobillo roto.
No llegabas a la Iglesia.
Misa de doce, D. Julián el párroco.
Te hacía un guiño al entrar.

Misa de doce, lo dejabas todo.
En los domingos.
Vas a rezar porque no quieres lodos.
Ni tampoco respingos.

Pides por mí y pides dulcemente.
Por familia y amigos.
Entonas cánticos que emites sutilmente.
Para evitar castigos.

Cielo divino, te has aproximado.
Hasta llevarla.
Pura y dócil, mirar ensimismado.
Su dulce charla.

Quiero que vuelvas, hermana presurosa.
No tengas miedo.
Ven hacia mí, te llevaré gozosa.
Hasta tu cielo.

Cuando canta la rana en esa charca.
Mi corazón te espera.
Y sonríe al soñar que una barca.
Te traerá la primera.



SU NOMBRE ES ADA.



Pido permiso al cielo.
Para quererte.
Y al infierno le pido.
Que quiero verte.

Cuántas noches calladas.
Sin tu presencia.
Las brumas trasnochadas.
Marcan su ausencia.

Quiero subir al cielo.
Con mi escalera.
Cuatro peldaños, veo.
Que estás afuera.

Angelito que al lecho.
Vigilas presto.
Ve a buscar a mi niña.
Le mando un beso.

Un beso de rocíos.
Y de escarchas.
Bendecido amor mío.
Ya no te apartas.

Que estás conmigo siempre.
Sobre mi lecho.
Que al quererte te guardo.
Bajo mi techo.

Lucecita que alumbras.
Las madrugadas.
Y rompe las penumbras.
Su nombre es Ada.

SU NOMBRE.



Bulerías gloriosas, en esta feria.
Canciones, son hermosas, vienes a verlas.
Ven a ver cómo bailo con alegría.
Del portal de mi hermano, bullicio y vida.

No des la espalda nunca.
A Andalucía.
Comarca que ya busca.
La luz del día.

Y alegremente llegan.
Con bulla bailan.
Tacones, castañuelas.
Hoy nos embargan.

Sevillanas que al paso.
Hoy nos visitan.
Y con su baile, escaso.
Su ritmo incitan.

Ve a buscar a mi niña.
A la caseta.
Caseta de la feria.
Su nombre: Urbieta.

PABLO NEVADO.



Cantando va el labriego.
Por los sembrados.
Cantando va mi niño.
Danza y sobrado.

A extender una capa.
De finas hierbas.
Y esperar la mañana.
Desde su puerta.

Madrugaré temprano.
Para ir a verte.
Estrecharé tu mano.
Valle del Jerte.

Extremeños altivos.
De fina estampa.
Me sobran los motivos.
Esta mañana.

Iré a ver a Pablito.
Pablo Nevado.
Desandaré el camino.
De mi sembrado.

Luna en el cielo.
Que a Pablo yo espero.
De terciopelo.

VOY BUSCANDO LA NIEVE.



Si yo supiera llegar hasta tu corazón.
Lo intentaría.
Si yo supiera componer mi canción.
Ave María.

Celeste desdibujas mis entrañas.
Con odas miles.
Celeste reverdecen de añoranzas.
Tus tres perfiles.

Perfiles que acumulan lo que eres.
Hoy todavía.
Perfumes que destilan de quereres.
Algarabías.

Voy buscando la nieve inmaculada.
Y no la hallo.
Voy buscando a mi niña pertrechada.
De fiel lacayo.

Estará dando al viento sus amores.
Tan generosa.
Estará dando al viento sus perfumes.
Olor de rosa.

Claveles y jazmines que en la tarde.
Agazapados.
Prestan cadencias al horno que arde.
Por los techados.

Cortijo viejo de flores buganvillas.
Llenan paredes.
Flores de invierno prestan maravillas.
A sus quereres.

HILANDO ODAS.



Al alba pretendí nuevas pasiones.
Y nuevos versos.
Al alba compuse nuevas canciones.
Y nuevos besos.

Atraje hasta mí grandes eventos.
De lunas llenos.
Y dispuse en mi alma movimientos.
Plenos de anhelos.

Festejé la mañana que aquel día.
Se presentaba.
Ví un gorrión en mi mesa, algarabía.
De frutas sanas.

Y recordé los besos que te he dado.
Bajo la mesa.
Y alcancé a estrechar al bien amado.
Fiebre dispersa.

Compondré mil canciones exquisitas.
Y bien llevadas.
Y visualizaré al fin las mil visitas.
Sobre mi almohada.

Tenderé bajo el cielo mis dos sábanas.
Junto a mis ropas.
El sol ardiente blanqueará el mañana.
Con sus aromas.

Reconstruiré los besos que no diste.
Bajo la luna.
Desandaré caminos que dijiste.
Todos a una.

Columpiaré mi alma aventurera.
Con finas sogas.
Y temblará mi canción mañanera.
Hilando odas.

Ven al lugar acorde y estudiado.
De mi añoranza.
Ven al lugar; no digas que te ha dado.
Fiebre de danza.

Danza febril que bailas pinturera.
Sones difusos.
Danza febril, en que eres la primera.
En recorrer el mundo.


sábado, 16 de mayo de 2020

CANCIÓN PROTESTA.




Decibelios de notas discordantes.
Canción protesta.
Vieja música; letras importantes.
Entrando en testa.

Mira niña los cuadros que te pinto.
Ponles un título.
Mira niña los cuadros, porque he visto.
Que tienen vínculo.

Vínculo alegre que en la luz de la mañana.
Llama a tu puerta.
Vínculo alegre que traerá tu hermana.
Con flores de la huerta.






TEÑIRÁS DE VIOLETA.



Teñirás de violeta tus ropajes.
Ablandarás pucheros.
Resurgirán de morado tus trajes.
Siempre desde un te quiero.

Ya sale el barco por la bahía.
Ya los motores están en marcha.
Ya recogen la pesca pretendida.
Ya llenamos la barca.

El oleaje está suave y tranquilo.
Oleaje de mayo.
Sale la luna, el clima bienvenido.
Luna que traigo.

Vuelve la luz a entrar por tu ventana.
Luz primigenia.
Vuelve la luz a entrar una mañana.
De luna llena.

Te quiero a tí, mi alma aventurera.
Mi fiel amiga.
Te quiero a tí, soledad que no espera.
Las ansias mías.

Desandaré caminos y senderos.
De verde rama.
Recorreré tu silueta, embustero.
Quizá mañana.

viernes, 15 de mayo de 2020

MAMÁ.



Mi madre siempre está al otro lado.
Inquieta y preocupada.
Yo le insisto en que no tengo nada.
Más que un amor incipiente y alado.

Mamá responde con voz enardecida.
Móvil en mano.
Yo le insisto en que no se dé por vencida.
Que hable a mi hermano.

Y que traiga recuerdos primigenios.
Y que guarde sonrisas de otros tiempos.
Y que se suba al carrusel de la vida.
Y experimente una salida.

Una salida que, airosa, le entretenga.
Rosas y flores.
Un amor que con ganchillo teja.
Los sus amores.

Ven a bailar el vals de mariposas.
Y de luciérnagas.
Ven a bailar, a tí, la fiel esposa.
La abuela tierna.




MÁLAGA LA MORENA.



Lámparas naúticas tiene en su casa.
Bronce y verde, tulipa, el mar anima.
A pasear por el puente hasta la ensenada.
El espigón se asoma por la marina.
Málaga la morena, de piel muy fina.

Marisa prepara churros por San Isidro.
Javi aguarda expectante, su fiel marido.
Y los dos muy juntitos van a estrenar.
Un día lleno de soles, al olivar.

Vencido invierno.
Que ya la primavera toca a tu puerta.
Y la niña se mece, ventana abierta.

Tocando el cuerno.
Que da las campanadas, las ocho en punto.
Y mi hermano nos quiere uno por uno.

Málaga la morena, de piel muy fina.
Verdiales y boleros en las encinas.

Llévame al cielo
Málaga salerosa, contigo sueño.

RISTRA PIMIENTOS.



Txema por Hontanares.
Ya va llegando.
Hierbabuena, en los bares.
Le van buscando.

Yo voy por los sembrados.
Y por las casas.
Me levanto temprano.
Por si tú pasas.

Iré contigo.
A comerme un cordero.
Por el camino.

Ven a mi vera.
Que en el campo ya huele.
A primavera.

Ven aquí siempre.
Que en mi casa te espero.
Con la simiente.

Ristra pimientos.
Almudena se esmera.
En dejarlos tiernos.

Balcón abierto.
Que ventilo la estancia.
Luego la cierro.

Txema, te quiero.
Ve a buscar a tus nietos.
Es lo primero.

Álvaro y Alejandra.
Y ahora Andrea.
Tres nietos con quien andas.
Por esas tierras.

Segovia enamorada.
De mi hermano.
Segovia inusitada.
Tiende su mano.

DÍA DE SAN ISIDRO.



Viernes por la mañana.
Día de San Isidro.
Mi mente, por mi hermana.
A Dios le pido.

Recuerdos a mi suegro.
Que hoy cumple años.
Que se nos fue el primero.
¡Cuántos engaños!

Correré las cortinas.
P'a que no miren.
Prenderé las bombillas.
El mundo sigue.

Apagaré las luces.
En pos de sombras.
Y me daré de bruces.
Sobre las ondas.

Y subiré los riscos.
Una por una.
Siete Picos, olivos.
Mil aceitunas.

Cantaré a la mañana.
Con dulce voz.
Quizá llegue mi hermana.
Alrededor.

Alrededor del cielo.
Yo la he encontrado.
Tocando con el chelo.
Enamorado.

Y el cielo se transforma.
En auditorio.
Canta, hermana, da forma.
Al purgatorio.

Pero ella está en el cielo.
Con su laúd.
Canta, niño, el primero.
Y después tú.

















jueves, 14 de mayo de 2020

PAJARILLOS.



Pajarillo que entonas bellos sonidos.
Ve a cantar a mi hermana por los caminos.
No se extravía.
Que yo la espero presto desde el tranvía.

Jilguerito que comes alpiste en mano.
En mano de mi hermana; mi bien amada.
Jilguero, no te vayas.
No remontes el vuelo; sigue su paso.

Gorrión de plumas.
Haz nido en su casa, sé bienvenido.
Te habrá tendido.
Un lecho de algodones por si las brumas.

Tráete una rama.
Una rama de olivo para tu cama.

ESTRELLAS Y LUCEROS.



Muñeca morenita, de fino cutis.
Ve a llamar a mi hermana; no me hagas mutis.
Corriendo subirán la cuesta arriba.
Corre, corre, caballo que va María.

María Inmaculada, la del pelo zaíno.
La de la piel morena; los ojos claros.
Bella por dentro.
Por fuera, una estrella que cojo presto.

Y en digna comitiva vienen las dos.
A cantar alabanzas a su Señor.
Las dos iguales.
La de dentro y de afuera son similares.

¡Cuánto te quiero!
Temblores de estrellicas y de luceros.

VUELVE A TU RAMA.



Azahar que preconizas el naranjal.
Vuelve a tu rama.
Biznagas redondicas tras el telar.

Coses niña bordados muy puntillosos.
Los coses con esmero, mañana eterna.
Puntadas diminutas, lienzo en la pierna.
Y sobre el bastidor, miles de hilos.


ME HAS ENSEÑADO.



Me has enseñado.
A ser generosa con mis seres queridos.
A adornarme de flores y de vestidos.

Me has enseñado.
A romper corazones sin darme cuenta.
Y atesorar quereres junto a mi huerta.

Me has enseñado.
A amar a nuestros hijos, agua bendita.
Y a trenzar corazones con esa espita.

La tinaja está llena de rico vino.
De arcilla, sol y tiempo... y madera de pino.

Me has enseñado.
Que hay un rico en tu alma que otorga a mares.
Bendiciones, cosecha y poesía en los olivares.

No nos dejes nunca.
Que el sol se está poniendo sobre tu nuca.

Me has enseñado.

CASA DE MUÑECAS.



Cuando vienes a mí, lo haces desde mi infancia.
En que las tres jugábamos a las muñecas.
Tú enredas pulseras y collares con elegancia.
De la que lleva pecas.

Dictas las normas del juego, pues eres la mayor.
Nines, tú y yo jugando en nuestra habitación.
Tienes miedo en la noche y enciendes la luz.
Nines protesta; para ella es una cruz.

Se pone el antifaz que nos cosió la abuela.
De fieltro gris.
Lo coloca en sus ojos y así vuela.
Para dormir.

Normalmente, terminamos tú y yo.
En la misma cama.
Por eso es que te quiero, sin rubor.
Con toda el alma.